martes, 14 de enero de 2014

Ojalá Bahr



Pese a todas las maniobras siniestras de aquellos que miran la cultura como papel higiénico o tema de conversación para cuando se quiere parecer inteligente, La Biblioteca Nacional sobrevivió con el concurso de Eduardo Bahr, casi la entierra toda la basura que los dos oscuros ministros le dejaron caer al convertirla en el reservorio de los naufragios estatales.

La llenaron de montañas de basura y oxidados escritorios, Pese a todo don Eduardo la llenó de escolares, de estudiantes y de eventos que le dieron vida y la sacaron del letargo mortal de las administraciones pasadas.

Pero ahora, seguramente la cacería de brujas comenzó y puede que todo lo que escritor Bahr hizo sea borrado por la tela azul del artivismo de turno, lo cual no nos debe de extrañar, con sólo escuchar los nombres y evaluar las mentes que se barajan para dirigir el ministerio de la consolación política, no nos queda más que seguir sin esperar más que la multiplicación de los burros y los paracas en el sermón del cacique de turno.

Gracias don Eduardo, nosotros estamos al tanto de su lucha y de sus logros, la biblioteca cambió y se llenó de alegría, ahora, seguramente le toca la invasión de los paracas azules y las últimas convulsiones típicas del partidismo barato del humanismo cristiano dos.

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