lunes, 29 de septiembre de 2014
Ruguma Play
La Honduras que todos conocemos es fértil en canciones pero no en discos, la democratización de la tecnología ha logrado que cosas reptantes como el reggeaton salgan del cieno primigenio y discos como "Conmigo" de Camilo Corea y ahora "Ruguma" de Emilio Alvarez se calienten tanto en el brasero de la espera que cuando salen a la luz, lleguen a nuestros oídos con la sensación de que es algo que por un pelo de gato al aire, pasó de la mente del creador al autismo de la cultura nacional.
Por fin Ruguma está vivo, lo que falta, es que hayan cadenas de producción que no dejen para el olvido los trabajos de Corea, Alvarez, Fernando Rey, Roberto Chico, Karla Lara y otros, que sean más los reproductores que los toquen, que estantes de antropólogos los entelarañen, que la maldita cadena de favores se rompa, principalmente en la ONG´s que trabajan el tema cultural, que son las principales piedras de tropiezo, antes de las clásicas y ya consabidas truncas gubernamentales; que las radios paren un poco la congelada Shakira y le den entrada a la música nacional.
Ruguma está vivo, si le damos play, seguro se volverá patria.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Rigel Sierra
La vida te da hermanos, no se los pedís, pero la vida te los dá, así fue con Rigel, anduvimos de ciudad en ciudad, de hospedaje de mala muerte en hospedaje sin muerte, días y noches en la carretera, en aquellos años de Guillermo Anderson y La Fiesta en El Bosque, una noche, caminando por una de las principales calles de San Pedro Sula, lo miré lavando su famosa cucarachita, le dije que en McCann, Félix Quijano estaba buscando un ejecutivo y que le iba a decir, al día siguiente, le dije a Félix, lo demás fue la historia.
Una vez nos tocó pegar junto a Marvin Corrales, más de 50,000 sticker en 50,000 calendarios de Banco del País, y otra vez, lo tuvimos que separar de urgencia por quererle caer a trompadas a un apóstol de una compañía que vende cosas que nadie necesita.
Rigel Sierra, uno de los grandes músicos nacionales, necesario en la memoria y siempre presente en la amistad.
El Gringo Robert Werntz
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