viernes, 28 de febrero de 2014

Un cuento Chino


Eran las dos la mañana y el “Chino” Lara regresaba de la tocada.  Cansado de tronar la batería y de cargar instrumentos, bajaba la suave pendiente hacia su casa soñando el sueño que sueñan
los desvelados.

De un matorral en las sombras dos hombres salieron y lo sometieron.-Hagamos las cosas bien hijoeputa si querés llegar a tu casa-, le dijo el que le tenía el puñal puesto en el gañote, mientras el otro
lo bolseaba y le sacaba las fichas ganadas a puras corcheas y semicorcheas. -Hey “Butuco” parale, no jodás, es el “Chino” Lara, el que toca  con Aries-,  el hombre del puñal bajó la presión y abrió
las farolas,  -...fuck Chino, que putas andás haciendo a esta hora, ya te ibamos a pelar-, le dijo mientras le planchaba con la mano la sudada camisa.

Los dos hombres le devolvieron las cosas al músico y lo escoltaron hasta la puerta de su casa, mirando a todos lados como dos guaruras desconfiados. De regreso, sus siluetas se mimetizaron
entre el zacate y decidieron esperar otra gacela desvelada,-...hey “Butuco”, el  otro viernes bien esperamos al Chino para que llegue sanito a la casa-, -sí porque este barrio está cundido de ladrones-.

sábado, 22 de febrero de 2014

Postales de Blanca Ochoa y la Escuela de todos los Mundos.


Desde la última vez que la miré en una acalorada discusión con el poeta Rubén Izaguirre hasta hoy,  han pasado bastantes cielos y fuegos, egresada de la Escuela de Cine de Cuba, Blanca pertenece a una familia de artistas e intelectuales que han escrito memorables páginas en la historia del teatro en Honduras. Nunca la conocí formalmente, los holas se dieron por casualidad y para mi, que en ese entonces trataba de escapar desesperadamente de una agencia de repuestos en Comayaguela, los misteriosos estudiantes hondureños que venían graduados de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, eran seres cuasi mitológicos y de gran sapiencia.

Llegó puntual a la cita, hablamos un poco antes de la fotos y como toda buena cineasta y actriz,  lo primero que me dijo es que ella no era fotogénica. Entonces, para romper el hielo del telón negro y la frialdad del softbox le conté como su mamá me dio tremenda charla motivacional  por una gracia que me conté, que no cayó en gracia, hace muchos años en la casa de la cuesta al Parque La Leona donde vivían su hermana la Actriz y Directora de Teatro  Lourdes Ochoa  y el Poeta y Director del sello Pez Dulce, Rubén Izaguirre.

Cuando escuchó lo que su Mamá me dijo, su rostro se le iluminó, se rió, y después, la cámara hizo el resto.

Lejos al sur



La puerta se abrió y salió Licza, ella me sonrió y me memoria comenzó a barruntar y a patinar en el olvido, ella me miraba con benevolencia mientras icloud de la memoria se afanaba infructuosamente en hacer la conexión. Entonces ella dijo Melvin y seguidamente todo se conectó. Al terminar la sesión de fotos y al despedirme de la gente de Granjas Marinas, le tomé esta foto a Licza Zorto por la matemática de la coincidencia y lo agradable de encontrar las amistades pasadas en un lugar donde hay una extraña incapacidad para dar cualquier dirección.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Los cielos abiertos de Sandra Herrera Dean


Sandra fue una de las más empedernidas creyentes de Colectivartes, esta foto de aquellos días ceibeños, tomada posiblemente por Jesús Lesmes atestigua la misma. Bailarina excepcional, coreógrafa, y actriz,  ha trabajado en los más importantes montajes del teatro nacional, nunca hemos hecho buena combinación, pero no dejo de admirarla por su creatividad y su talento. Hace muchos años hablábamos de irnos a El Salvador, pero lo único cierto de esa conversación es que ella si estaba decidida y yo parloteaba nada más.

martes, 11 de febrero de 2014

Aquí todo está en venta.



Así me dijo Edgardo Paredes "La Leyenda" cuando le pregunté por un procesador dolby que tenía descansando en una esquina de su caótico estudio por donde no sabías a qué horas iba a pasar algún niño panzón detrás de otro cipote en fuga.-Todo menos mi alma, porque esa ya la vendí- después soltó la carcajada y me dijo que por 300 pesos me lo llevaba ya. cargué ese peso del Diablo desde el parque central de San Pedro Sula, hasta el Paz Barahona, tres cuadras después del Patria Maratón, llegué con las manos moradas y sin saber para qué había comprado la piedra de Sísifo, años después, a Edgardo lo traicionó alevosamente su corazón y se murió soñando ser el compositor de José José como Rossenthal sueña ser Presidente de Honduras.

Esta foto, no estoy seguro de haberla tomado yo, soy muy creyente de que fue Hispano Durón cuando se grababa el disco Honduras Tiempo de Cantar en el estudio de Gabriela Gálvez, fue un trabajo muy bonito impulsado por COMUNICA que en esos días lo dirigía Rocío Tábora, durante varias semanas grabamos diferentes temas y participaron varios artistas de diferentes estilos musicales. Recuerdo que para la foto, yo les dije hagan como si leyeran partituras, claro, en único que podía hacer eso era Alfredito Corrales y Diana Santos, los demás éramos por ese entonces los más puros solfabetos. El cassette, no tuvo ninguna difusión ni promoción y fue a podrirse a las bodegas de Comunica, creo que nunca evaluamos que era música que a nadie le interesaba y que su impacto no pasaría de hacer bulto en los estantes de los antropólogos y de los participantes del mismo.

Cuando grabamos eso, yo cometí el absurdo error de pedirle a Gabriela una copia, con lo que hice un demo, saqué un par de copias agobiado por la necesidad de difundir un poco mi música y fue interpretado por la directora de Comunica como que yo estaba haciendo un lucrativo negocio con eso, me llamó a su oficina y de una manera infame me acusó de estar montando un negocio con la grabación, me dijo tantas cosas que la memoria prefirió olvidarlas, cuando bajé las gradas el fotógrafo chileno "Mundo" Lobo  se disculpó de tanta ofensa y grito,  y me pidió que no lo tomara por el lado amargo, que había que seguir y dejar la mala leche de lado.

El disco se terminó, pero al igual que muchas producciones,   este no pasó de los coleccionistas de fósiles musicales, inevitablemente chocó contra la pared  de la cadena de los favores, el desdén y el colosal desprecio por la música nacional.

En la gráfica Alfredo Corrales arreglista de las canciones, Guillermo Anderson y La Leyenda Viviente" Edgardo Paredes.

Karen Matute



Los One y los días que nunca jamás volverán.



Me costó mucho reconstruir esta foto del cineasta y fotógrafo Mario López, en ella, desde muy lejos, los integrantes de la Banda One nos miran desde el pasado. Era la época de las bandas de gran formato y de los covers por religión, de los legendarios conciertos en el Picacho y de los primeros pasos de Mirna María Barahona como cronista de un oficio nada digno para mucha gente pero indispensable para la alegría del corazón.

En el año del Micth, sus aguas negras y sus vientos retorcidos acabaron con la sede y la historia de la banda, dónde ella estuvo, quedó un inmenso agujero como testimonio de su quehacer musical. Muchos Artistas pasaron por sus filas y sacarla adelante fue siempre la tarea de Carlos Arturo Rubio quién aparece en esta foto con la mirada de la desconfianza al fotógrafo. Siempre he pensado que cuando la banda murió, también se murió Rubio, de esas muertes de zombi que no te acuestan pero te hacen caminar sin alma en vida.

lunes, 10 de febrero de 2014

Jesús Lesmes, María Mercedes Arce Arrivillaga, Efraín Arrivillaga y la ecuación del olvido


Ha sido un día intenso, pero desde el sábado que encontré esta foto de Jesús Lesmes en donde aparecen también la artista, cantautora y bailarina  María Arrivillaga y Antropólogo Efraín Arrivillaga, en los años tempranos de Colectivartes,  no he visto el momento de desandar los pasos de la memoria para estrechar la mano del amigo.

A Jesús lo conocí cuando era el Productor de Guillermo Anderson y Colectivartes, y aunque hay una malsana intención de borrar su nombre de la historia de la música nacional y arrancarlo de los obeliscos de la mente y silenciar su memoria por una especie de hipócrita vergüenza, no quiero perder la oportunidad, este 10 de febrero del año del señor 2014, de recordar un poco su mano amiga, y su indispensable presencia en unos tiempos en que vender un artista era una misión hercúlea y mítica.

En aquellos años terribles de mi juventud,  me sumé al proyecto de Guillermo Anderson y Colectivartes sin que nadie me invitara más que el permiso que me diera mi genuina admiración por el trabajo de Guillermo. Nuestra amistad comenzó con una hamburguesa en el puerto y una desvelada en la antigua sede de Colectivartes repasando un libro de mil canciones malas y dos buenas que siempre andaba en mi mochila, hasta muy tarde cantamos canciones como Magdalena Luz, la Página Urgente a Rubén, Círculo de trenes y otras que es mejor exiliar de la memoria.

Fue una honrosa oportunidad andar con el grupo de cerro en cerro y de hospedaje en hospedaje con diferentes shows de Anderson, viajamos hasta Nacaóme, dónde me tocó sacar un curso de 5 minutos de bajista, corrimos del sur al centro, del centro al norte, culebreando en la carretera y soñando que podíamos pescar algo de gloria ajena, conocí la Honduras que muchos no conocen y tuve novias en cada parada de bus, como buen marinero de tierra dulce que soy.

Cuando perdí mi trabajo, Jesús Lesmes me ayudaba con un sueldo simbólico, cuando no tenía que comer siempre estaba la mano urgente de Lesmes para saciar nuestra hambre mortal, en el camino siempre nos daba lecciones de solidaridad y entereza, recuerdo una noche en un restaurante modesto de San Pedro Sula, le llamó la atención a uno de los músicos por estar molestando a una de las meseras:-… ella está trabajando, así que te voy a pedir que la respetés si no querés vértelas conmigo-. En una ocasión en la Ceiba, golpeó hasta cansarse a un don Juán que se quiso pasar de listo con él.

Con la Fiesta en Bosque nos paseó por la Honduras profunda, yo manejaba el tigrillo y siempre me decía con cariño y benevolencia:-sos un maestro manejando el Tigrillo-, yo quería huir de mi casa, de la terrible ferocidad de mi padre y Jesús se convirtió, en ese padre, amigo y cómplice que todo muchacho busca.

Con lo años, Colectivartes cayó en la trampa de la era, manos oscuras quisieron y lograrlo destruirlo, y terrible  día comenzó en la casa de Ricardo Martínezy sus intríngulis , gente codiciosa le llenó la cabeza a Guillermo de escenarios mundiales, paparazzis y autógrafos, el grupo se dividió y los odios comenzaron, el aquelarre de los lobos y las garras catrachas rompieron una época y nos pusieron unos contra otros, Colectivartes en ese entonces era el único grupo que era financiado por  una ONG y sus músicos tenían sueldos y tiempo para ensayar y crear arte.

Cuando todo se vino abajo, Isolda Arita, Janeth Blanco  y Jesús Lesmes heróicamente salvaron lo poco que quedaba, pero la muerte de Colectivartes estaba ya decidida. En el último viaje de regreso de Olanchito, Jesús Lesmes y Guillermo no podían con los anticuerpos, en la madrugada, cerca del Barrio Inglés, Jesús le ofreció golpes a Guillermo y este se perdió en la oscuridad de la noche para nunca más volverse a encontrar.

Nada le dolió más a Lesmes que esa separación, desde ese día, yo que soy Doctor en percibir la derrota, lo vi caer, mes a mes, lo miré perderse, la droga lo carcomía y lo volvía otra persona, con mucho dolor presencié su infortunio y trataba de ayudarle en todo lo que podía. En los últimos días, antes que sus grandes amigos parquearan una paila para saquear su apartamento, me vendió una grabadora Marantz quemada, me regaló su navaja suiza, una pipa, un cenicero con forma de Cráneo que a Susi no le gusta y con un almuerzo en mi casa en la Linton nos dejó la tristeza de su antepenúltima franqueza y solidaridad.

Semanas después, en una casa que alquilaba en la subida al Picacho, yo encontré una enigmática foto de Clementina Suarez, que entregué a Isolda Arita para la publicación del libro sobre la poetisa que una extranjera escribía, luego lo miré de manera esporádica, más demacrado, más derrotado, más perdido.

Finalmente, vivía en una casa en las lomas dónde había estado un canal de TV que dejó todos sus cachivaches al cuidado del español, era una casa inmensa llena de habitaciones y mierda, pero había logrado hacerla habitable y confortable.

Le perdí la pista, desapareció y mucho tiempo después recibí un correo de un amigo, que con ceñudo ojo lo había ubicado en la internet, en un arresto en el aeropuerto de Panamá con varias placas de cocaína. Cuando se supo esto, la foto se regó como la pólvora, y malditos fariseos que se echaron las líneas y los porros con él, se rasgaban la ropa condenándolo.

Hasta ahí supe de él, mandé unos correos a la comisaría en Panamá preguntando y me contestaron con la pregunta de ¿por qué tanto interés?, le perdí la pista y jamás supe nada de mi querido amigo.

En mi escritorio tengo lo único que se salvó del naufragio un cenicero de un busito volkswagen que fue despedazado y dilapidado por su mejor amigo para vender su lata al pie de la cruz del fracaso, de aquél español que vino a Honduras a ejercer la desconocida y jamás vista profesión de Productor, de calle en calle, en una bicicleta, de Guamilito azul hasta Cervecería y que llevó a Anderson desde el Festival Cervantino hasta el Memorial de Brasil.

Nunca pude resolver la ecuación del olvido querido Lesmes, por eso te traigo a mi memoria para agriar la vida de aquellos que te niegan y celebrar la amistad que en aquél cuarto del micro-clima me llevaba por los primeros fulgores de la mariguana y los escapes de la juventud.













jueves, 6 de febrero de 2014

La muerte es puro ángulo y perspectiva


Iba para Talanga a traer a mi familia y lo miré con la cabeza en contra de algo, todavía estaba tibio y suave, pero estaba en posesión de la muerte y en su reino dormía, me fijé que sus ojos estaban vidriosos y había lo que parecía una lágrima, pero fue tan rápido el golpe limpio del carro que lo mató que más que una gota era el aborto de una tristeza.

Me quedé sentado un rato al lado del camino mirando como su pelo se movía y yo no sabía definir hacia dónde miraba si al pasado o si al futuro, la muerte es puro ángulo y perspectiva.

Waleska, desempolvando la k1000


Un retrato de Waleska de aquellos años de Bellas Artes, imposible fue para mi acordarme de su apellido, una querida amiga de aquellos años de música y amigos nuevos en la ciudad de los puentes.

Los negativos de la nostalgia, desempolvando la K1000


Fue en la casa de Roberto, llegué con mi k1000 y con Waleska la esposa de Enmanuel Jaén que estudiaba en ese tiempo en Bellas Artes, costó la mitad de un huevo y la del otro sentar a estos dos, tenían un trabajo muy melodióso con composiciones de ambos que se llamaba "Agua que Corre". Muerta la imagen se acabó la jodedera, los dejamos en paz y me quedé con los negativos que jamás fueron revelados hasta hoy.

Desempolvando la K1000 mi primer trabajo de fotografía


Desesperadamente necesito un scanner de negativos, me encontré estos negativos y no podía ubicarlos en la memoria, pero abriendo las gavetas de la mente, me di cuenta que fue mi primer trabajo de fotografía, me lo encargó doña Elsa Velásquez de Mccann Erickson y me pagó la tremenda fortuna de 300 lempiras, claro que en ese tiempo era un tesoro allá en San Pedro Sula, fue en una feria de Cervecería hondureña, andaba con mi k1000 y compré una película especial que nunca supe que tenía de especial, de puesto en puesto andaba sacando fotos de la gente, de la feria, no sé quién es ella, hasta ahí no llega el bisturí de la memoria.

Desempolvando la K1000 y los negativos de la nostalgia.


El guitarrista de la legendaria banda Requiem en la ventana del estudio de Gabriela Galvez durante las grabaciones de Espíritu, Madera y Agua.

Descanso después de horas de grabación de Espíritu, Madera y Agua


El Guitarrista de Requiém Roberto Chico y el compositor Jose Luis Suazo descansando después de una larga sesión de grabación en el estudio de Gabriela Gálvez en la Cuesta de la Fuente, como siempre, yo capturando la escena para el futuro

martes, 4 de febrero de 2014

Desempolvando la K1000 /eran años durísimos, mi amado hermano Luis

 Mi madre se había ido lejos y estábamos huérfanos de todo, eran días terribles.

Desempolvando la K1000 / Saborío y el Sax chorreante que demonios estábamos pensando.


Desempolvando la K1000 / Recordando los años en que estábamos locos de atar.

Un Lennon Saborío en la casa lejana de Ruben Izaguirre y Lula Ochoa en Los Mangos, por la casa de Isolda Arita, lejos en el tiempo está la juventud que se nos ha ido.

Desempolvando la K1000 / Víctor Saborío en la casa del Poeta Rubén Izaguirre en los Mangos


Desempolvando la k1000


Hablando a señas en la casa del mimo.


lunes, 3 de febrero de 2014

En la esquina del Actor, Mario Jaén.


Mario Jaén, Actor, Director, Escritor.


Un domingo 2 de febrero en la esquina del actor



He buscado en mi memoria y no encuentro el momento exacto en que conocí al actor Mario Jaén, lo que si recuerdo claro son todas las veces que lo he visto desplegar su intensidad de actor, maestro de la dramaturgia, escritor sin la adicción del plagio y eterno doctor en la alegría, Mario ha escrito memorables páginas en la historia del teatro nacional.

Fui a visitarlo a su cubil felino y sobre el libro de Homero, en la esquina de la dramaturgia, donde tiene todos sus libros sobre ese milenario oficio, habló largo y tendido del culpable de su amor al teatro, de Aquiles, de Ulises y del drama diario que sube y baja por las montañas de la patria.

Hace muchos años, cuando El Magnífico era Rector de la Universidad montó una comedia en pantaloncillo cortos  para ir a ver un eclipse a Amapala, no aguantamos las ganas de burlarnos y montamos una obra que se llamó 1900 dónde nos reíamos del siglo que estaba por venir y del desparpajo con que Ramos Soto,  con las cañafístulas al aire y mujeres paracas dando vivas a su nombre  montó tremendo papelón histórico.


Durante 7 días y más de 20 funciones en la Sala de Teatro  Padre Trino, cientos de estudiantes se rieron con nuestro absurdo y casi nos declaran Non Gratos en la UNAH, en una de las funciones Mario me presentó diciendo,  -…con ustedes un cantautor de mucho peso-, las risas no se hicieron esperar, cuando me tocó presentarlo le devolví el favor: -…con ustedes el mundialmente desconocido Mario Jaén-, desde ese día por tácito acuerdo, se prohibieron las chinitas en el escenario por lo cortopunzantes y rápidas que eran, y porque entre licantros no es bueno andarse enseñando los colmillos, ni mirándose la cola.