jueves, 29 de mayo de 2014

Federico en la nave del sueño



Creo que nadie ha cantado "Jamás" de Lydia Handal  como lo ha hecho Federico Ramírez, si la religión del bolero fuera justa, esa canción sería uno de sus dogmas más reverenciados y su voz, un dogma sin objeción. Siempre que la escucho, me recuerda insignes boleristas latinoamericanos como Daniel Santos y Lope Balaguer, y termino imaginando como hubiera sonado el insigne cantor acompañado de la Sonora Matancera en aquella época sentida y romanceada como pocas.

Será que porque viene de esos años, Federico refleja todavía la gloria de un reino perdido donde lo más importante era el talento y no el mercadeo, donde a puro micrófono y guitarra,  saltando de cabina en cabina, las canciones se anclaban en la memoria y se sembraban en el suelo pedregoso del corazón, sin presupuestos millonarios, ni escándalos amorosos, por eso,  cuando el Maestro Ramírez canta evoca una ciudad perdida y fantástica, donde los relatos de niños jugando potra a las once de la noche o las largas peregrinaciones de barrio a barrio para ir a visitar la novia, nos parecen cuentos rocambolescos o delirios de viejo tonto.

Cuando hablás con Federico, te das cuenta que no sabés nada de esta ciudad partida y costurada por puentes, que desconocés el Barrio Morazán, las Pastorelas que en la Navidad y Semana Santa, los vecinos montaban en improvisados escenarios cerca de lo que hoy es el Puente Estocolmo para representar escenas de la malograda vida del Nazareno en esta tierra.

Se llamaba primero José, pero por un hermano que jamás volvió, sus tías llevándole la contraria a su padre lo bautizaron fuera de la pila bautismal  como Federico, luego Merceditas Agurcia lo marcó con el Ramírez porque le molestaba el apellido Coello y porque la abuela materna del cantor así se apellidaba por eso la voz más querida de Voces Universitarias se llama así desde la era jurásica de Tegucigalpa y Comayaguela.

Mirando una foto en la que aparecía junto al actor Felipe Acosta, decidí romper la distancia que he guardado y acercarme a escuchar sobre una vida de la que he sido un tímido testigo. De la mano de su tía, Federico subió a las tablas de teatro, de allí despegó a las cabinas de radio de Emisoras Unidas y actuó desde Cuentos y leyendas de Honduras, hasta los legendaria saga de Frijol y Gañote, bajo la dirección de Carlos Salgado.

En la década en que mi madre y mi padre caminaron desde la Catedral de San Pedro Sula hasta el Patria Maratón por una promesa de amor, Federico Ramírez tenía un dueto con Belisario Romero que se llamaba Los Herederos, cantaban la música de un famoso trío de la época llamado los Fenicios integrado por Hernán Quezada de la Torre, Ramón Barrientos y Salvador Lara, después formó parte de los fundadores de Voces Universitarias a solicitud de la Federación de Estudiantes Universitarios y lo demás, es una larga carrera musical donde abundaron más las bajadas que las subidas.

Al escuchar esa canción de Handal, llego a la conclusión que la nave del sueño se lleva lo mejor de una época, la música de hombres y mujeres que vivieron con amargura la falta de amor de esta tierra a sus sueños de patria. Federico Ramírez encarna esa amargura, en su vejez, su voz debería estar al lado de la de Compay Segundo, quizás estar corriendo de homenaje en homenaje y sus grabaciones arraigadas al corazón.

Giuseppe Tomasi di Lampedusa escribió: "Que todo cambie, para que todo siga igual", ninguna frase más cínica que esa describe la esencia de los que han rectorado los destinos de la nación y los mayordomos encargados de cuidar el patrimonio cultural hondureño. En una tienda de música en Miami, me encontré de sorpresa una edición de lujo del humorista Leopoldo Fernández "Tres Patines" y lejos de comprarla para mi, me imaginé el día en que tuviéramos una edición de lujo de "Frijol y Gañote", o un disco grabado con una gigantesca orquesta acompañando a este ilustre cantor. Recordar es volver a tenerte… escribió la gran Lydia Handal, miro el mar y me parece escuchar ese bolero magistral  que termina siempre iluminando el camino que nos ha traído hasta este lugar donde las olas besan la tierra que llamamos patria.



Sofía en mayo


miércoles, 28 de mayo de 2014

Quirófano 3 en el Hospital Escuela Universitario


…chaquet pour la minorie" !Flor de relos!



Seguro , mi querido y entrañable amigo, el Dr. Valenzuela, está pensando en derrocar el canon platónico por el homérico en una batalla de merecimientos brechianos, sin que se enteren las osamentas del sótano.

Faltó el paisaje de la Villa Freud allá en Buenos Aires, el afiche del Che, la McBook-pro y un libro sobre el escritorio que analizara la meta-narrativa de Cortázar.

Realmente nos carcajeamos con el querido César  de tomarnos tan en serio en nuestro Penny Lane.

lunes, 26 de mayo de 2014

La vanidad de la ruina



En medio de un trabajo para la Universidad, me tomé unos minutos para retratar diferentes ángulos de Villa Roy, tuve que darle para el fresco al guardia porque estaba prohibido, las grietas interiores eran cuchilladas que bajaban mortales hasta el piso y aunque su historia la dignificaba, sus habitaciones ausentes de fantasmas sólo eran la bodega de las cosas que la memoria desecha.

Desde que me vieron con el equipo de fotografía, no se apartaron de mi un segundo, a lado de las sombrillas y la batería novatrón que resoplaba con cada destello, estaba el guardia atento a que no me fueran a dar ganas de ir a fisgonear por las oscuridades de la casa.

Con el fresco en la mano, el asunto se distendió y pude, bajo la prohibición de no tomar fotos mirar de cerca el cáncer que se carcomía la vieja casona.

Han pasado mucho tiempo, quirófano y vida desde ese día, no volví, y me imagino que ya no se parece  mucho a este cadáver con muletas a punto de caer. Las intenciones de salvar la casa eran buenas, había gente sincera preocupada por esto, pero en Honduras, los deseos sinceros son las lápidas que cubren el camino al infierno, "No había dinero" dicen, lo cual es totalmente cierto, no hay metálico si no es para dedicarlo a jugadores de fútbol o campañas presidenciales. Por ejemplo, en la administración de Miguel Pastor, jamás la alcaldía de Tegucigalpa conoció tal derroche en fabricar un perfil político, creo que nunca se sabrá con exactitud a cuanto asciende lo tirado en canales de televisión, periódicos, revistas, vallas y anuncios de radio para fabricarle al yerno de doña Nora de Melgar una nariz de Presidente, en la administración de Ricardo Alvarez las cantidades fueron el doble o el triple, todo para fabricar una capital que no existe más allá de los pixeles de la televisión nacional y que sirva de cojín para filtrar los pedos húmedos que van camino a primera silla pedorra de la nación.

Por eso el tema de la memoria histórica de la ciudad es un circunloquio de santos, idiotas y perversos pesimistas. es mejor dejar que se caigan las cosas, que la lluvia las lave, que el olvido las consuma para que estas se conviertan en iglesias, parqueos y centros comerciales. A este ritmo de despojos, en muy pocos años, no quedará nada de lo que conociéramos.

No hace falta ser un experto para darse cuenta que la nación se cae a pedazos, iglesias que se queman, los recuerdos que se desmoronan, la muerte oficial que le ofende cualquier disentimiento, el desalojo y el tolete que trabaja horas extras, la señora de la justicia con los bigudíes hechos y las fronteras de la patria que peligrosamente se encogen.

Por suerte, algunos fotógrafos capturaron el esplendor de Villa Roy y tristemente sólo esas memorias quedarán, de ahora en adelante la espada del General Xatruch tendrá que pedir posada; el confesionario del Padre Reyes buscar otro lugar para escuchar pecados; el mural de Rodezno habrá que tomarle alguna foto y el infame pacakcard del 36 del cual Carías gobernaba y disparaba tendrá que ir de llantinas a la calle

La gente del IHAH hizo lo que pudo y a puro arañazo logró conseguir el dinero para las primeras cirugías del museo, pero no fue suficiente, hay cosas más importantes, como el mundial de Brasil, el jet presidencial y los aviones Tucano.

Al leer el dramático diagnóstico  que le pone fin a una época de Honduras, no me queda más que recordar al  ilustre Ventura Ramos cuando escribió que "La Patria no son las clases gobernantes" la patria, es como cuenta mi amigo Jorge Burgos la aventura de ir a robar mangos a Villa Roy; tirar un chicle desde el palco de el Cine Clámer o fingir que Comayaguela y el Propedéutico no conspiraron para conocer a Susy.

jueves, 22 de mayo de 2014

Tarde de cielo en Comayagua


Pared de santos en Comayagua.


BAHR


Virgilio, el "Oso" Guardiola


Escarabajos en el Curla


Escarabajos en el Curla.


Seres alados en el Curla.


Eduado Bahr, nuestro lobo mayor.


El Corpus


Llevamos varias horas bajo tierra, cargar equipo y luces en estas oscuridades es trabajoso, el calor es insoportable pero las imágenes gratificantes, lejos de la violencia de nuestras ciudades, aquí abajo, como diría Benedetti, cada quién está en su escondite.

Ante la luz de un vehículo que saca el material de la mina, el Ingeniero en Jefe examina un trozo de roca en medio de un silencio sepulcral que sólo lo interrumpe el sonido de mi cámara intrusa.

Del Corpus al mar...


Regresamos cansados de la Mina de El Corpus, el calor es angustiante y la brisa que trae la tarde comienza refrescar, han sido varias horas en el interior de la mina, caminando y cargando equipo de fotografía, regresamos por los mismos caminos polvorientos que nos trajeron y nos dirigimos al mar, desde la lejanía en Santa Ana de Yusguare, he visto este imponente y centenario árbol cuyo esqueleto se levanta desafiante a la historia, un hombre que viene de la jornada en las plantaciones pasa debajo de él antes que una nube de polvo levantada por un bus lo cubra totalmente.

Son las 4 de la tarde y vamos hacia el mar.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Visiones de Aguirre, hombres trabajando en La Isla.


Las visiones de Aguirre, el puente que une la capital con la Villa de Concepción.


La visiones de Aguirre, la mina de El Rosario


Las visiones de Aguirre, Escuela de Artes y Oficios 1889


Las Visiones de Aguirre, Plaza San Francisco.


Me topé con estos archivos en la Hemeroteca de la Universidad en el proceso de fotografía de documentos históricos, aunque no eran el objeto de mi trabajo, los fotografié debido al mal estado en que se encontraban, son las visiones del pasado del fotógrafo Juan T. Aguirre de una ciudad que brilla ténuemente en la penumbra del pasado, una ciudad llena de historias rocambolescas apenas creíbles hoy en día.

El consumismo que consume.


El consumismo que consume.


El consumismo que consume.


"Hemos creado un sistema que nos persuade a gastar el dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para crear impresiones que no durarán, en personas a las que no importamos, ni nos importan"

Emile Henri Gauvreay

Sergio Vallejo


Al fin se animó a publicar sus caricaturas, nadie enciende una vela para esconderla debajo de una cama.

sábado, 17 de mayo de 2014

Oscar…deberían haber campos de exterminio para los Ejecutivos de Cuentas.



Mandé n+1 correos a la presidenta de McCann Erickson, expresándole la necesidad de tener una cámara, sino profesional, algo parecido. Un día me dijo -voy para Tegus y un tal ejecutivo de cuentas me va a acompañar-. Se metió el agua, pensé, y se metió fuerte, la señora apareció con una porquería de Jetstereo que le había sugerido el odioso engendro del averno llamado Ejecutivo de Cuentas.

Con esa porquería le tuve que tomar esta foto a Oscar Rossignoli, cuando grababan su disco en una de las salas del Museo del Hombre, que el mecenas de Manuel Posse, asesinado vilmente hace algunos años, les había facilitado.

Nunca olvidaré cuando su padre, de quién me distancié y a quién le guardo cariño y admiración, me llevó a escuchar a Oscar a su casa. Frente a un piano rosado, como comandando una extraña lancha salida de la mente de Duchamp, estaba un niño tocando piezas que sólo a virtuosos se las he escuchado. Tampoco olvido el vía crucis de su padre, tocando la puerta de políticos mañosos para lograr una parte de la beca que Berklee le otorgaba a su talentoso hijo.

Finalmente se fue, no se cómo, ni por cual milagro o santo; seguro no fue Juan Pablo II. A través del internet, porque ya no volvimos a tener comunicación, lo miré tocando con músicos asombrosos, sonando en orquestas y ganando festivales de piano, hasta que hoy, lo he visto con su toga de graduado, en una tierra lejana.

Me he sentido orgulloso porque he tenido el honor de conocerlo, seguro el mundo le tiene preparada su silla al lado de Gonzalo Rubalcaba, o su duelo con Bobby McFerrin en alguna sala en el Radio City Music Hall. Seguro que las alturas serán grandes y los pájaros hermosos que se verán allí, se podrán igualar a los ángeles del cielo.

Verlo con ese título en LSU me recuerda que Honduras está llena de hombres y mujeres buenos, que no es cierto que es un averno de fantasmas violentos, ni una plaza desolada como los cuadros de Giorgio Chirico, que necesitamos urgentemente perder el temor a la "fuga de cerebros" y fomentar la "circulación de las mentes brillantes" como afirmaba Nehru en la India.

Quizás algún día, nuestra clase política se de cuenta que es más beneficioso y rentable invertir en la mente que dilapidar los recursos naturales de una nación ya empobrecida por ancestrales saqueadores, quizás en alguna lucidez a lo Saramago, se cancelen carísimas delegaciones inútiles de beatos impotentes y viejas frígidas con velos negros a plantar vírgenes o celebrar devaluadas canonizaciones decimonónicas al Vaticano y se destine esos recursos multimillonarios para afilar las mentes que nos sacarán de la miseria en que nos encontramos.














miércoles, 14 de mayo de 2014

Ingeniera Química


En los laboratorios de Ingeniería de la UNAH



Mi padre, en su afán de hacer de mi un hombre de bien y ante la ausencia de interés en ningún oficio, me llevó muy joven a estos laboratorios, trabajaba allí un Ingeniero del cual era su amigo y que me enseñó el oficio del soldar, pasé horas soldando y nunca las costuras me quedaban como las del Ingeniero que parecía un soldador de barcos que a pura chispa podría unir dos láminas de acero o un cascarón de huevo quebrado.

Un día me harté de ese olor y me fui sin decir adiós, no creo que me hayan extrañado ni un segundo, era un bueno para nada, una unidad en riesgo social. Décadas después, regresé a hacer un trabajo de fotografía para la SEDI, el olor y el acetileno me recordaron la distancia y los magros años buscando un camino que no se mostraba en la maleza de lo diario.

Mineros en el Corpus



Bajo una luz mortecina y cientos de metros bajo el suelo, hombres cubiertos de sudor escudriñan las entrañas de la tierra buscando oro y plata para ponerlo en manos que se llevan la riqueza fuera de la patria.

…adónde se sienta el olvido?


lunes, 12 de mayo de 2014

El retrato en la mesita



Cuando era joven buscaba trabajo desesperadamente para salirme de la tiranía de la lata en la que mi padre me tenía, recuerdo claramente que cerca del Hotel Honduras Maya, había un restaurante de comidas de mar, tenía una claraboyas como de barco y una parte frontal que tenía una textura que parecía una corbeta en derrota.

Una vez entré a querer explicar que yo era guitarrista y que podía amenizar con música clásica mientras la gente comía, había una mujer en una mesa que creo era la dueña, me contestó tan mal, que no pude evitar sentir como si estuviera con mi padre. De ese lugar no queda ni el recuerdo y de esa mujer que seguro está más muerta que la muerte tampoco. No puedo recordar exactamente lo que me dijo, pero si recuerdo que eran tiempos muy duros, cada semana mi padre me echaba de la casa, y siempre tenía a la mano  el "majadero, el bueno para nada, el vago", mientras el maltrato a mi madre estaba a la orden del día.

Ayer, mientras estábamos reunidos se puso a hablar algo de un tronco, de cuando el tronco es bueno la semilla también, miré a mi madre, y esta miraba hacia algún lado; miraba a mis hermanos y también perdían sus ojos en la pared más cercana, me levanté y salí por lo bochornoso del instante.

En mi casa todos estamos heridos, todos llevamos marcas y aunque las ignoramos siempre están allí, en la superficie. Le regalé un televisor a mi madre, para que mirara sus novelas, me abrazó y me dijo que cuando ella no esté, puedo ir a traer el Tv, no me gustó ese comentario, no quisiera que ese "no esté" se materializara nunca, pero me parece que está más cerca de lo pensamos.

Si la vida es una caída como me dijo Yadira Eguigure, la familia es una colección de heridas que no sanan y de alegrías que se curten.

En la mesita de la sala, mi madre tiene una foto mía tocando guitarra, en aquel viejo apartamento que rentaba Jesús Lesmes cerca del ministerio de Salud en Tegucigalpa, una foto de Mario López, de quién jamás fui amigo ni viceversa, recordé el número inmenso de canciones que salieron de mi alma y que cada día que pasa se vuelven grises y borrosas. Muy pocas veces toco la guitarra ahora, todo tipo de presiones me impiden hacer lo que siempre quise, ya no encuentro ni una sombra de todo lo que hacía y  tan sólo componer una canción es tan pesado como tratar de levantar el motor de un camión.

Ya mi padre no puede caminar, cada paso para él es una agonía terrible, y no puedo ayudarlo. No puedo olvidar todo el veneno que me tomé con sus actos, me quiero engañar a mi mismo pero están donde los dejé cuando me dijeron que iba a ser papá de Manuel.

La vida es una caída y un alejarse hasta perderse en el olvido, y como decía Buñuel en 1926 la única explicación es en realidad que no tiene explicación.














Cinema Paradiso en Talanga.


Susy, Pablo y Manuel en los inicios de la colonia.


Las mujeres de la Reforma



Soberbia, humildad, espera y desorganización, hacer este libro fue todo un currelo, conocí personas con una gran humanidad y otras que mejor ni hablar. Recuerdo que en una sesión de fotos, una de estas mujeres, cuando le sugerí que hablara con la entrevistadora para yo captar diferentes instantes psicológicos, de una manera altanera dijo: "Yo no sé que más puedo decir que no esté en lo que yo he escrito". Tremenda prueba de paciencia la que tuve que afrontar, es clásico de los academicistas, creo que como buen diría Buñuel, "la única explicación posible es que no tiene explicación".

Blanca


Woody, muy tarde en Ansolidata.


Quirofano 3



En el quirófano 3 del Medical Center con el equipo de enfermeras, después de una humorística sesión de fotografía.

jueves, 8 de mayo de 2014

Oh Suny en Mayo.


INFERNIS



He comenzado con mi colección de carteles de películas hondureñas inexistentes, al estilo de James Verdesoto, con nombres grandilocuentes pero con personas de carne y hueso, algunas comunes y otras, raros animales silvestres. Comienzo con Edgar Flores de "Sin Nombre", con la película Infernis como mi homenaje personal al arte de hacer carteles y mi fascinación por ellos, manía de la imagen que me costó malas películas, engaños colosales y estafas de celuloide, porque a quién no le ha pasado, que con una tapadera de disco y un pensado afiche no terminó saboreando la derrota amarga de una mediocre cinta o un mal disco.

Liberate


Delmer Membreño


Un día antes de entrar a Pico Bonito.


Un bajista en Buenos Aires.


En mi vieja casa de la Linton, cerca del barrio Buenos Aires, el bajista Carlos Umaña, uno de los grandes músicos nacionales, nos muestra su destreza y técnica en este instrumento en el que han brillado grandes criollos como el recordado músico de jazz Gustavo Herrera.

miércoles, 7 de mayo de 2014

La gallina dijo eureka y no volvió a salir.



Como dice Arturo Sosa, no podés considerarte fotógrafo mientras no hayas estado agazapado, con las piernas tensas, sudando gotas gordas, respirando quedito, esperando confundirte con las demás cosas emplumadas a tu alrededor, para que haga un debut súbito e instantáneo, la señora gallina. Si estabas enfocado, si no cuadraste bien, si no mediste la luz, no habrá maíz dulce ni pedazo de semita pelona que alcance para obligarla a salir.

Creo que pasé el examen raspando, con mucha suerte y benevolencia  de la amiga emplumada que a estas horas y días, seguramente ya fue parte del menú de algún restaurante de comida rápida.

Karen y Venus, una tarde en Ansolidata.