miércoles, 24 de diciembre de 2014

El brillo lejano


Una noche, ya muy tarde lo fuí a dejar a su casa a la salida a Danlí, con su guitarra embolsada lo vi subir la pendiente que iba a su hogar, días más tarde me dió algunas clases sobre escalas y lo demás fue la lejanía cotidiana en la que todos vivimos.

Dany Morales era un gran músico y un hombre talentoso, admirado por todos los que como yo no tenemos esa estrella iridiscente del talento total. "Si no hay estudio, el talento te va a fallar tarde o temprano", sentenció una tarde mientras nos tomábamos el café amargo y fracasado de Dunkin Donuts.

La vida te da sorpresas, pero la muerte conoce magistralmente el arte del asombro, jamás me hubiera imaginado que me iba a levantar esta mañana con la opacidad de su muerte. Antes de que se fuera a los Estados Unidos, lo llamé para incluirlo en lo retratos que estoy haciendo, "donde usted mande yo llego", me dijo con esa seriedad fingida que escondía una gran pasión y alegría por la vida.

De Dany Morales me llevo su pasión y ejemplo de padre; trabajando estaba por los suyos cuando lo sorprendió la muerte, pagando con lejanía el amor madrastro de una patria llena de crimen y vacía de oportunidad, luchando heróicamente por su familia, en eso estaba cuando el  azar se le enredó poderoso e inevitable.

Músico de respeto y de armonías tomar, se ha ido y en mi mente se reproduce como un loop aquella tarde en el Conservatorio Crescendo cuando me detuve frente a su cubículo a escuchar, con la
discresión de la sombra,  una exquisita versión de aquel estándar de jazz de Guy Wood "My one and only love"

Buen viaje Dany Morales, tu nuevos pasos serán iluminados por tu talento y los que nos faltan a nosotros, por tu ejemplo.




jueves, 18 de diciembre de 2014

El gancho

Un gancho duerme en la tarde en la entrañas de los que será el coliseo deportivo de la UNAH.

Anakin.

Anakin, antes de entrar a realizar una sesión de fotos en el quirofano3 del Hospital Escuela.

Cielos abiertos en el coloso


Hombres armando el costillar del Polideportivo de la UNAH

Los años maravillosos de la K1000 / Luis Nieto


Cielos Azules sobre San Fernando de Omoa


Palencia


Palencia en el Estudio de Grabación El Tono


Alex Palencia


La Carta de Pablo

En la pizarra de mi oficina tengo colgada esta carta de mi hijo Pablo para Santa, le leo cuando las nubes tapan el sol, cuando los demonios se pasean por la calle, cuando siento que la sangre se enfría y puede aparecer algún demonio.

En ella está plasmada la inocencia que nos hace ir hacia adelante y el amor infinito que nutre el corazón, por eso la guardo, en las noches oscuras, brilla como un sol señalando el camino y ahora que el rastro de los caminos que decidí seguir no son tan claros, la llevo doblada en mi alma para sacarla y leerla cada vez que un fantasma parece alumbrar el camino.

Guillermo Acuña



La visita del poeta costarricense Guillermo Acuña a Ansolidata.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Mirna y Hunty



Hay algunas fotos memorables, que la gente toma, pero no se da cuenta que son capturas inolvidables, coincidencias y cruces, esas fotos me las robo, sin un pelín de remordimiento, las saco de donde están, las obligo a salir, les doy mi toque personal y les pongo mi sello de archivo para ordenarlas.

Comenzando con Mirna, la recuerdo de mis años en la Universidad, vívidamente la ubico en aquellos conciertos del San Miguel, o en los pasillos del 4A, hablando a Rock quitado sobre la música nacional, siempre vasta como es ella, libre y gritadora, del inglés al español y viceversa, obligándote a correr y aprender el arte de saber mucho.

Hunty Gabbe, un guitarrista excepcional, un pristino maestro, un amigo especialista en hacer guitarristas, una fábrica de canciones y armonías.

Se me viene a la memoria, hace muchos años, en Copán, en un bar, no se cuantos gringos cantando The Wall, el público más duro que uno se pueda imaginar derrochando gritos y cervezas, los solos, los efectos idénticos y la magia de un grande repartiendo parejo.

Y aquí están los dos, el "Hombre de Fender" y Mirna Barahona, un momento mágico, una foto para robarla sin pedir perdón.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Terminal Marítima de Graneles


Fue una experiencia inolvidable estar dentro de estos demonios de metal, realizando un trabajo para PMH.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Panóptico de muerte



Creo que en la línea del fotoperiodismo nacional, esta es una de la imágenes más logradas de un asalto y secuestro de pasajeros a un bus de La Lima hace muchos años; sin lugar a dudas, nos muestra la relación perenne que tenemos a diario con la violencia y con la muerte.

Recién comienzo a escribir estas líneas y me informan que acaban de asaltar a la periodista  Marleny Mendoza, lo que trae a mi memoria, el día que me asaltaron a unos pasos de Metromedia; luego de perder mi computadora con todos los proyectos, sin hablar de mis papeles, fui a poner la denuncia, la fila de personas asaltadas ese día salía de las oficinas de la policía, cuando llegué al escritorio y la gendarme  repitió como loro filibustero que me había robado la "lactóc", me fije que tenía sobre el escritorio más de 60 denuncias por asalto correspondientes a ese día.

Hay una lucha mediática por mantener la violencia como un activo eterno que genera pauta, dinero, morbo y amarillismo absoluto, contra una compulsión oficial para bajar a puras herramientas multimedia los terroríficos índices cotidianos, al centro está la percepción realista del hondureño a pie que tiene que jugar a la Ruleta Rusa, cada vez que tiene que decidir entre el asalto a tenis, el asalto en motocicleta o el asalto en una unidad de transporte..

Las autoridades cacarean, el mismo sonsito grandilocuente "Tegucigalpa Ciudad Inteligente", hablan de un reino de miles de ojos donde no se escapa ni la perra en celo del vecino y cuando los micrófonos llegan a sus picos estirados, desde la tranquilidad del patio de su casa y tras la seguridad de 30 guaruras pagados con dinero que groseramente  sale de la tasa de seguridad y otros cueros, recomiendan ironizando que la garduña de la vida es para el que traga más pinol y que como buen condón del alma, hay que estar confesados por aquello de que la causa y el azar se enreden.

Tenemos la percepción a boca de revolver, que las cifras van en aumento; basta esperar el sketch aburrido de saludos y chistes cansinos de Juan Carlos Sierra, el molinete de la indignación de Frente a Frente o la gambeta religiosa de Maldonado antes de vomitar cadáveres para darse cuenta que las cifras de la muerte, tanto las del Observatorio de La Violencia como las del Gobierno no cuadran como el sueldo de la Primera Dama de México con la casita de las Lomas de Chapultepec.

No hay nada más lamentable que construir una paz basada en datos falsos, en negar el cementerio y afirmar en delirio que se trata de un campo de golf; es seguir contruyendo una república invisible donde el militarismo y el estado policial son las únicas cosas tangibles.

Realmente Honduras está cambiando o sólo es la pantomima tenebrosa de un  falso progreso, un caminar hacia atrás colocando los zapatos en las huellas pasadas. Hace unos días, con horror miraba como un hombre con un bebé en brazos, caía abatido por un delincuente que por la espalda lo baleó ante la vista  de cámaras y pasajeros de moto-taxis, la mujer que estaba al lado olvidó el terror y levantó al niño de los pies sin vida de su padre, todo esto, mientras funcionarios de la "Tiranía Esclarecida" actuaban en los diversos foros, -como bien expresaba Hemingway, bailando tango, entrevistado-entrevistador para demostrar que ambas partes mantienen una conversación inteligente y reveladora.












miércoles, 12 de noviembre de 2014

Corea


Una tarde en la casa de Corea, tomándole fotos para el afiche de "La Navidad Tuvo la Culpa".

Alexis Sagastume


El percusionista en plena melcocha, una foto de Fredy Domínguez.

Eva

En la casa de Camilo, con Carlos Umaña y Eva como esperando abril.

Tras el telón

Tras el telón con el bajista Carlos Umaña, el Maestro Camilo Corea y Ricardo Zavala.

Jackie Espinal


Cuando sonaba el bolero del celoso penco.



Fueron días del corazón lo días en que trabajamos con Karla. "Antes del Puente" comenzó en la casa de Camilo Corea, con una plática, con un vamos a hacer, protones buscando los esquivos electrones, cuando salimos esa noche de la casa del Maestro, ya habíamos pactado y determinado que el concierto lo haríamos aunque se opusiera el Sursum Corda.

Después vinieron los ensayos, lluvias de bocados preparaba Susy para calmar el hambre de estafilococo de los músicos, entregué al concierto  mis canciones de ese año, "Cinema Clámer", mi maldición personal a la Selección Nacional "Adios", mi homenaje profundo al poeta Rubén Izaguirre "Página Urgente a Rubén", escrita de rabo a cabo en un cuarto lleno de armas, granadas y fusiles trasnochados, "Siete",  la enciclopedia siniestra de "1812", "Dos ciudades", "Me dijiste me querías" y la siempre juguete primigenio "Antes del Puente".

Con esas canciones y otras como bigudíes, ordenamos el pelo revuelto de esos días y las llevamos al callejón sin salida del Teatro Manuel Bonilla, el lugar donde florecen por una noche la mayoría de las cruzadas artístisticas para después morir de hambre en el reino de la ciudad de los puentes.

Fue una noche mágica que se extendió más allá de lo que pensabamos y que se convirtió, al final, en caminos rotos de enemistad, posturas encontradas, abusos, la garra catracha y el celoso penco, cuyo oficio era y todavía lo es, creo yo, comprobar que los sillones apoltronados, sean sólo sillones y no pretendientes lascivos que quieran robarle el amor.

Al final, sin ser culpable de nada, después de la gira a New York, después de aquél mágico concierto a sala llena en San Francisco con José Velásquez, después del "Museo del barrio" en New York, después del 28 de junio, después de "Te matan por ser mujer"; decidí, ya no luchar contra la roca tarpeya del pelusero penco, a modo de despedida, escribí El Bolero del Celoso Penco, la cual sólo una vez canté en el teatro pero que es el último tubo de la baranda de "Antes del Puente".

A mi memoria viene la imagen de una cena, cerca de algún lugar, fue la primera vez que vimos al celoso penco, se condensó como el productor-novio de Jackie. ¿Quién es?, me preguntó una escritora, -no decimos su nombre-, al igual que Nosferatu, no lo invocamos para que no se desvanezca la alegría.

¿Y entonces?, -entonces nada-, le dije a mirando para la memoria, -esa noche en San Francisco, Karla Lara brilló para adentro y para afuera-.












Guayo Cedeño


Elvis is alive.