En el transcurso de un trabajo de fotografía para la UNAH, llegamos a este lugar donde los muertos dan cátedra, el acceso fue difícil y se tuvieron que obtener varios permisos, finalmente logramos documentar toda una clase de anatomía y logré imágenes inquietantes de un mundo donde lo espiritual es tan finito como los tejidos que abre el bisturí. NO hay lugar para lo divino, y la muerte es una eterna desconexión.
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