Siempre soy muy celoso con las fotos de otras personas, trato de ser correcto con sus créditos, pero esta no se de quién es, espero que pueda en el futuro, su autor o algún allegado decirme para agregar el crédito. Carmen Barahona en el Yankunú Jazz Festival Noviembre del 2016, me encantó la foto hay una dulce soledad en ese escenario que me cautiva. Carmen es una de las grandes promesas vocales del país en un momento en que la espuma de sensacionales y talentosísimos músicos se expande en un lugar donde la música de método no tiene ningún espacio para la producción ni la comercialización de sus productos.
Me pregunto si las autoridades culturales de la dictadura en ciernes, se dan cuenta de estos eventos, si por agún momento dejan por un lado el chauvinismo presidencial y perciben la vorágine musical que se mueve por la patria. Estos festivales, producto de solitarias iniciativas vienen a llenar el vacío de políticas culturales inexistentes y la eterna ausencia de autoridades encargadas de velar por nuestros activos culturales y que por lo general son personas con visiones obtusas sobre la temática cultural.
Vivimos años en que la música hondureña, se está escribiendo en cursivas.
Me pregunto si las autoridades culturales de la dictadura en ciernes, se dan cuenta de estos eventos, si por agún momento dejan por un lado el chauvinismo presidencial y perciben la vorágine musical que se mueve por la patria. Estos festivales, producto de solitarias iniciativas vienen a llenar el vacío de políticas culturales inexistentes y la eterna ausencia de autoridades encargadas de velar por nuestros activos culturales y que por lo general son personas con visiones obtusas sobre la temática cultural.
Vivimos años en que la música hondureña, se está escribiendo en cursivas.
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