martes, 11 de febrero de 2014

Aquí todo está en venta.



Así me dijo Edgardo Paredes "La Leyenda" cuando le pregunté por un procesador dolby que tenía descansando en una esquina de su caótico estudio por donde no sabías a qué horas iba a pasar algún niño panzón detrás de otro cipote en fuga.-Todo menos mi alma, porque esa ya la vendí- después soltó la carcajada y me dijo que por 300 pesos me lo llevaba ya. cargué ese peso del Diablo desde el parque central de San Pedro Sula, hasta el Paz Barahona, tres cuadras después del Patria Maratón, llegué con las manos moradas y sin saber para qué había comprado la piedra de Sísifo, años después, a Edgardo lo traicionó alevosamente su corazón y se murió soñando ser el compositor de José José como Rossenthal sueña ser Presidente de Honduras.

Esta foto, no estoy seguro de haberla tomado yo, soy muy creyente de que fue Hispano Durón cuando se grababa el disco Honduras Tiempo de Cantar en el estudio de Gabriela Gálvez, fue un trabajo muy bonito impulsado por COMUNICA que en esos días lo dirigía Rocío Tábora, durante varias semanas grabamos diferentes temas y participaron varios artistas de diferentes estilos musicales. Recuerdo que para la foto, yo les dije hagan como si leyeran partituras, claro, en único que podía hacer eso era Alfredito Corrales y Diana Santos, los demás éramos por ese entonces los más puros solfabetos. El cassette, no tuvo ninguna difusión ni promoción y fue a podrirse a las bodegas de Comunica, creo que nunca evaluamos que era música que a nadie le interesaba y que su impacto no pasaría de hacer bulto en los estantes de los antropólogos y de los participantes del mismo.

Cuando grabamos eso, yo cometí el absurdo error de pedirle a Gabriela una copia, con lo que hice un demo, saqué un par de copias agobiado por la necesidad de difundir un poco mi música y fue interpretado por la directora de Comunica como que yo estaba haciendo un lucrativo negocio con eso, me llamó a su oficina y de una manera infame me acusó de estar montando un negocio con la grabación, me dijo tantas cosas que la memoria prefirió olvidarlas, cuando bajé las gradas el fotógrafo chileno "Mundo" Lobo  se disculpó de tanta ofensa y grito,  y me pidió que no lo tomara por el lado amargo, que había que seguir y dejar la mala leche de lado.

El disco se terminó, pero al igual que muchas producciones,   este no pasó de los coleccionistas de fósiles musicales, inevitablemente chocó contra la pared  de la cadena de los favores, el desdén y el colosal desprecio por la música nacional.

En la gráfica Alfredo Corrales arreglista de las canciones, Guillermo Anderson y La Leyenda Viviente" Edgardo Paredes.

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