martes, 29 de abril de 2014

We are not afraid...



Fue una gran presentación allá en New York, estuvimos en esos legendarios cines y coincidimos con Katia Lara quien presentaba en una de las salas. Orgullo y vergüenza, el primero por mirar el trabajo de Katia dándole la vuelta al mundo y lo segundo, porque el Golpe de Estado no era algo de lo cual enorgullecerce.

Para los gringos seguro fue otro filme más sobre lo que su país hace con las dos manos ya sin el pudor de esconder una de la otra, para mi una historia ya sabida, pero a través de la perspectiva y visión de una de las cineastas de mi país.

Al final conversamos en la acera frente a los cine, tuve que viajar miles de kilómetros para volverme a acercar a Katia, hablar con ella, salvar nuestras diferencias y disfrutar de la complicidad de la patria hermana que es común entre los dos.

Ivan Bertet



Haciendo un trabajo de fotografía para la SEDI en la UNAH, me tocó documentar el primer concierto de la Orquesta de Cámara de la Universidad bajo la dirección del músico francés Ivan Bertet, fue una tarde maravillosa, lleno total y la oportunidad de capturar los primeros momentos de cambio de la comunidad universitaria.

En el camino de la danza.



Aunque estaba ya muy enfermo por esos días, disfruté mucho hacer este trabajo para Isadora y Lempira Jaén. De ese trabajo en particular, quedaron fotografías memorables de estos dos artistas que han escrito  toda una historia de la Danza en nuestro país.

Hablamos  con Isadora antes que tuviera su bebé para hacer otra sesión pero no pudimos reencontrarnos, grandes artistas, fue un honor contribuir con la fotografía a su ritmo y esencia.

Con Pablo en los primeros días de Ansoli.



La empresa la fundé csi en pleno golpe de estado, Mi madre y mi hermana, así como mi esposa y mis hijos asistieron a la sola inauguración, hubo días allí en lo que no entraba ningún correo, días solos llenos de angustia. Un día, llegó Marco Coello a que le editara un video, al irse me dijo "lo siento mucho", le pregunté el por qué del pésame y me dijo: -man, crear una empresa en pleno golpe…-.

Comencé a trabajar con un muchacho que después se convirtió en una abominable alimaña, luego la empresa creció y hasta el día de hoy hemos salido adelante.

Cuando mi hijo pequeño llegaba, no perdía oportunidad de jugar, con sus ojos le digo adiós a este cuarto més de este año del señor, 2014.

En la Librería de la UNAH


En el Medical Center


Cuando tomé esta foto, en la habitación del fondo un hombre agonizaba, minutos después murió.

Santa Thatcher, patrona de las Malvinas.


San Obama, patrón de los drones y el desencanto.


Sub tuum præsídium confúgimus

jueves, 24 de abril de 2014

Oh Suny en abril.



Poema erótico-festivo

Si amaras el brillo de mis ojos miopes
mis piernas pálidas
y mis manos sin gracia
quizá estos trayectos matutinos
en el mismo bus amarillo
evocarían cada noche
el viaje del Apolo 11 a la luna
de aquel 69, -año onírico-

con la cruenta lucha de nuestros cuerpos.

Suny

Gracias Heleci.

Fué una tarde para guardar  en la memoria a salvo del Alzheimer de la distancia y el corazón.

Mirá Arturo… es viernes, es Ojo de Agua y ahí va Tom Sawyer buscando a Huckleberry Finn


Gente de dignidad y barro en Ojo de Agua.


Santa Rosa a la 1 p.m.



Creo que todo aquél que se va a casar, debería estarse una temporada en Santa Rosa o en Santa Bárbara y hacer un casting, para saber si la capital, el corazón y la vida no le están tomando el pelo.

Dignidad de dignidades.



En casa del pobre, hasta el que es feto trabaja.

Wendy


Perdón Wendy...


Nadie me dió permiso, pero como fotógrafo, no me queda más remedio que no pedirlo, llegué hasta la cocina y te saqué unas fotos, limpias y alegres, como sos, alegaste que no estabas bonita, pero si yo te contara los oscuridades que he visto, te aseguro que me darías la razón. De todas formas te cambiaste a la velocidad de un chisme y me regalaste una sonrisa para no olvidar lo bueno que es salir de esta ciudad y sus trampas.

A la hora del Almuerzo



Un niño me muestra su taza humeante de café en un barrio de Santa Rosa de Copán.

Copán a las 12



Después de muchos años volví a Santa Rosa, la última vez es tan lejana que sólo imágenes borrosas  hay en mi memoria, recuerdo una novia muy querida, de esas fronteras que estudiaba en la Escuela Superior, ahora la Universidad Pedagógica.

Un Campo difuso en la memoria, una discoteca perdida en el limbo, un juego de fútbol y la mortal caminata entre los cadáveres de roca en el parque arqueológico.

Aunque el sol estaba casi vertical, no pude resistirme a la perspectiva de una niña que mira el mundo como debiéramos verlo nosotros: con mucha inocencia, mucho amor y mucha necesidad de volar.

Leonardo Montes de Oca


El dolor de los que no leen


martes, 22 de abril de 2014

Diego y Luna



Cuando estaba muy joven, siempre me detenía en la vitrina de Foto Angel, y me quedaba admirado de aquellas fotos prístinas, rostros suaves como la piel de un bebé, ojos vivos, instantes capturados, cuchillas de la espera para cuando el dolor diga presente en un futuro lejano.

Mientras Scarlet Romero le hacía caras a Diego, no me aguante de retratar este instante "Foto Angel", una captura que trajo a mi memoria la admiración que sentía por ese viejo oficio que día a día se muere con la Tegucigalpa que todos conocimos y que da paso a otra ciudad llena de espejismos y demonios que será de nuestros hijos  y que nosotros jamás podremos conocer.

domingo, 13 de abril de 2014

Edgar Flores, sin nombre.


Sin Nombre



El 15 de mayo del 2009, pocos días antes del golpe de estado contra Manuel Zelaya, se estrenaba sin que para los hondureños significara nada, la película "Sin nombre" de Cary Fukunaga, una película producida por Diego Luna y Gaél García Bernal que explora ese viaje maldito en busca del vellocino de oro que millones de latino américanos emprenden hacia el norte.

De la película , el Philadelphia Inquirer dijo que era una cinta “dura y hermosa”, el USA Today “dolorosa y poderosa”   y el Washington Post de “fàbula emocionante y elegante por partes iguales, tragedia shakesperiana, neo-western y cinta mafiosa, sin pretender ser de esos géneros”.

Un película, políticamente radical, que Fukunaga niega vehementemente que haya sido escrita con ese fin, pero como comenta Joseph Nevins , presenta un retrato compasivo de un viaje que tiene muchas perspectivas,  y que leyendo su artículo me hace ver más allá de esta mirada miope pero válida del premiado director.

Fuera de la moserga de la fotografía, la música, el guión y los estereotipos superficiales de Fukunaga , me llamó mucho la atención  Edgardo Flores, que sin ninguna formación de actuación, ni rancio abolengo actoral  caracteriza uno de los estereotipos del film con una solvencia sorprendente.

Hace unos meses, muy temprano, me intrigó verlo sentado en un muro, en la entrada de un supermercado, en la salida del sur, allí estaba, el actor nacional que sorprendió a los cinéfilos del Festival de Sundace el 18 de enero del 2009.

Quise hablar con él en primer plano y conocerlo de cerca, un joven sencillo, sin grandes pretenciones, salido de los talleres de pintura de los barrios  de Comayaguela y que trabajó bajo la dirección de la cineasta Katia Lara en los comerciales sobre la fatídica 4ta Urna del Gobierno de Zelaya.

Le pregunté el por qué se quedó acá, en este lugar sin Dios, si llegó hasta el Festival de Cine Independiente de Sundace y recibió un premio por su actuación por la en Estocolmo, me reveló que cuando se preparaba para salir y cambiar su vida los acontecimientos del 28 de junio le cerraron en la cara las puertas del futuro.

-Ese maldito Golpe-, le comenté, -fue una tragedia para  muchos y un  -golpe de suerte para otros muchos- que vieron en el torbellino la oportunidad de hincarle los dientes a jugosos fondos en nombre del charanguito venceremos  y la “boinita calada del che”, y ni hablar de los demás, los que sólo tienen por madre un abogado, dos brazos derechos, y por Dios y Virgen : una whooper con extra queso.

Hablamos de cine nacional, de la calidad fresca que los estudiantes de Unitec están logrando, de Cuentos y  Leyendas de Honduras, la cual espero no sea una “película de sustos” aunque lo dudo; de la falta, más de ideas que de tecnología, de la anorexia de alma de las agencias creativas sin fe en la creatividad y la proliferación de criterios creativos idiotas y por supuesto, el viacrucis existencial del  apóstol del arte que quiere vivir de lo que hace.

Después de la sesión de fotografía, lo dejé en el centro, y casi al instante se perdió camino del difunto Cine Clámer, -es duro se hondureño-, pensé, -y es más duro para aquellos  que brillan en un lugar dónde casi nadie mira “los muertos que alumbran el camino”, como acertadamente canta Silvio-.






martes, 8 de abril de 2014

Heleci en abril


Fabricio y los cuadernos de la cárcel.



Yo siempre lo conocí poeta, desde antes de Casa Tomada, desde antes de Paradiso, desde antes de Sabanagrande, desde antes de conocerlo.

Habla y hace poesía, toma fotos y captura las palabras de la imagen, al igual que Rubén Izaguirre, ha sido parte de la poesía joven  que nació adulta en una tierra donde las palabras son fantasmas que penan.

Los viejos poetas tuvieron que tragar amargo, las vacas sagradas del parnaso tuvieron mugir de otra manera, los estafadores del verbo y los amigos de las musas ajenas tuvieron que asimilarlo como compañero de viaje. Ninguna palabra quedó a salvo y ninguna calle se ha fugado de su inventario poético.

Se que muchos quisieran juzgarlo como a Gramsci y susurrarle al juez la necesidad imperiosa de que esa mente no funcione en los próximos 20 años, pero se jodieron, la poesía de Fabricio, el que vino del sur, el que toma fotos en blanco y negro, vino para sembrarse, crecer y dar fruto.
  

viernes, 4 de abril de 2014

...a diafragma partido



La primera cámara que tuve fue una k1000, realicé miles de disparos con ella y los fallé casi todos, el desenfoque era la regla de mi vida, y la sobre y la subexposición eran los sinos de mi amarga vida. Fotografié con la culpa del tiempo inútil a cuanta alma complaciente estuviera a tiro pero sus imágenes esquivas y delgadas evitaban casi siempre el obturador de mi cámara.

Por aquellos años, escuchaba la fama de Arturo Sosa, de Miguel Reyes, Max Hernández, Evaristo López y muchos otros héroes y villanos que se escapan a mi memoria, no entendía la maldita luz, y no es que la entienda ahora, como fluye, como se corre entre los dedos, como se hunde en un remolino demente en el centro de los ojos. Lo que si sabia es que me maravillaban los santos malditos y benditos de Arturo y el egoísmo gráfico de Miguel con sus bodegones de pieles desnudas.

Después fue Marvin Martínez y esa serpiente volando sobre la cabeza y luego Fabricio Estrada con ese inventario de la ruina que yo jamás podría hacer.

Hace muchas tardes, en un café, hablaba maravillado de una fotografía de Arturo, las nubes se extendían como un velo mortuorio sobre la tierra y montañas aéreas sobresalían como islas  misteriosas donde Swiff podría encontrar enanos y tesoros piratas.

-Pero Arturo es un golpista- me replicaron ácremente, yo me di cuenta que aquel sagrado "Relámpago" me había indigestado la existencia, me paré y le dije: -puede ser, pero eran montañas que navegaban por el cielo y eso  lo hace mejor que vos, yo y tu puta madre juntos -.

Un día de un mes inexplicable, llegué a su estudio, estaba haciendo fotos con una 120, con maestría y soberbia la hacía sonar y yo sólo miraba culpable por desear algo así, era imposible para alguien cuyo pedigree puede localizarse entre los mecánicos del Patria Maratón, le pregunté que cámara me recomendaba para trabajar la fotografía, y en lugar de desanimarme, por piedad profesional, me atiborró de nombres misteriosos que sonaban como rusos.

-Maestro-, le digo cada vez que lo miro, pero jamás me ha enseñado nada, nunca me ha mostrado los misterios de la luz, ni las revelaciones de la ebriedad, siempre supe que enseñaba en un reino lejano y que no había forma de poseer sus secretos.

Es el amigo que más me ha mentido y al que más he esperado, sólo las matemáticas misteriosas de la coincidencia nos acercan por breves momentos, de todas formas tengo que agradecerle las dos cátedras magistrales que me dió, un rostro de una virgen bañado por una suave luz y unas montañas que cruzan un mar de nubes. Son mis fronteras de la imagen y todavía lucho a diafragma partido por superarlas.

Gracias Maestro.