jueves, 30 de abril de 2015

Heleci en vintage.


Los ecos de la k1000 / Hunty Gabbe, el hombre de Fender.


Fue mi primera temporada en San Pedro Sula, despuès del currelo en McCann, en el séptimo piso del Banco Atlántida, donde nos sentábamos en la cornisa para fumar y ver la ciudad, en que los domingo salía con mi k1000 a capturar la luz y la sombra de una ciudad con permamente calentura.

Ese domingo, nos vimos con Hunty Gabbe, caminamos por las líneas del ferrocarril y le hice esta foto, que sin saber por qué se la regalé a una exnovia que jamás podría diferenciar entre una foto de Man Ray y un selfie de facebook, así que la perdí y por más discretos avances y acosos para recuperarla, fue imposible.

Como todo círculo que se cierra, la foto volvió y la sumo a este aquelarre de imágenes que comencé a formar desde el año pasado en este árbol enano que no tiene pàjaros. Hunti Gabbe, a mi juicio y el de muchos otros es uno de los mejores guitarristas de centroamerica, metódico como un asesino en serie, si profundizas en su amistad, llegarás a conocerle los cuadernos de armonía perfectamente ordenados y su lápices de colores geométricamente alineados cual planetas, y por más que le hablés mal de alguien lo más que le vas a a sacar es una sonrisa pero nunca una palabra cómplice.

Gran músico de técnica pristina, siempre ha sido el prurito inacabable de algunos dioses devaluados de la guitarra que buscan como vampiros el reconocimiento que no le dan sus interminables solos, aburridas interpretaciones e inflados egos.

Un músico interminable que tengo el honor de conocer, paciente como una ameba y generoso como un resfriado, el hombre de Fender con su fusil arriba, que carga sus armas con balas de armonía.

domingo, 19 de abril de 2015

Lisandro, el último de los rojos.

Lisandro Quesada fue el último de los rojos, el último de los liberales que asistió impávido al   seppuku del Partido Liberal en su vergonzosa entrega a la "Dictadura Esclarecida", fue el último espadachín de la Fe, el 48 ronin, el olanchito que se opuso visionariamente a aquel presidente panameño y gigoló que enrumbó nuestra patria a este rompecabezas de fideicomisos, aquelarre de impuestos y glosario de la impunidad, en que lo han convertido los apóstoles de la "Tiranía Esclarecida".

Por cuestiones y tangentes misteriosas, lo conocí, pude batirme en duelo contra su profunda sapiencia y en cada una de esas escaramusas salí derrotado; andecdotario profundo, libro abierto y mano franca.
El último de los rojos y el último Magistrado honrado que se sentó en el TNE;  fue tan Liberal, que si se le hubiera ocurrido, en el último momento se hubiera convertido al Nacionalismo, bajo la premisa de que es mejor que se muera un maldito nacionalista a un Liberal.

Buen viaje Abogado, muy pronto, seguro tendrá la oportunidad de trompear al gigoló que dejó las migajas servidas y a la patria en harapos y despojos.















miércoles, 15 de abril de 2015

Los decibeles del ruido.


Es intrigante la amplificación de la nimiedad, pero es más inquietante el momento en el que sucede, ese momento en el que llegan tropas norteamericanas, cuando no se sabe a ciencia cierta la cantidad de estas en el territorio y cuales son las intenciones de las mismas en la geopolítica continental

El gobierno ha corrido a desmentir las elucubraciones, argumentando que el objetivo fundamental  es la lucha contra el narcotráfico, pero si algo sabemos del discurso oficial, es que es tan cierto como el aroma a jabón chiquito de un Ministro, en una reunión de planificación a la 1:30 de la tarde. Sólo hace falta regresar al pasado y escucharlos negar la presencia de los Contras en el territorio nacional desde las tribunas cívicas y los púlpitos del patio.

Hay una imperiosa necesidad de sacar al conejo de la caja china, la palillona, la vedette tetuda del sur, la chiki en pilamar, la baleada radioactiva de Indura, el buitre selfie para que todo se diluya y nadie piense o no tenga espacio para pensar.

Los pendientes de la "Tiranía Esclarecida", siguen siendo los pendientes, la inseguridad no retrocede ni un milímetro, la tasa de seguridad se distribuye en desigualdades colosales dando la impresión que se preparan para una guerra, pero no con ningún paìs vecino; el sistema educativo es un espejo roto de fracasos, la economía se contrae, la empresa privada ha iniciado una andanada de multitudinarios despidos masivos preparándose para la Nueva Ley del Seguridad Social, que al final representará otro clavo para el ataud de la pequeña y mediana empresa que no puede con el acoso de toneladas de impuestos que sin piedad y sin equidad son cobrados para sustentar el hambre interminable de un grupo gobernante que pretende perpetuarse en poder.

A veces, los decibeles del ruido son insoportables.









lunes, 13 de abril de 2015

Matías Funes o toda dictadura comienza con la muerte de un Cicerón.




Yo conocía al maestro cuando quiso ser Presidente, le había picado el gusano de componer lo imposible, de hacer magia, de meter La Chimera en la chistera;  -Me lleva de fotógrafo a la Presidencial - , le bromeaba, y el celebraba con esa risa limpia que tenía, una risa que nacía en las páginas de los libros y en las  aulas universitarias.

Cuando me lo encontraba, nunca traía cara de afluente del Nilo, tenía el chiste a la mano, era su manera jocosa de comenzar lo serio, creo que lo hacía para exorcizar  la terrible realidad de una patria casi perdida, entre legiones de cucarachas que se conformaban con los falansterios del mall y la whooper. A partir de 1997 le tocó ponerse la guayabera de Diputado pero reprobó el curso de Tragar sapos sin hacer caritas”,  sin embargo,  eran memorables aquellas  degollinas contra los perennes vejetes de ideologías casposas que han representado el oscurantismo, la corrupción y la ignorancia, le fascinaba enfrentarse contra sus mentes, ponerlos en evidencia, empalarlos por la cabeza y demostrarles que estaban allí, no por sus capacidades, sino, por una asombrosa y fatal máquina de corrupción que produce corrupción.

A mi memoria viene aquella ocasión en que un Diputado le acusó de ser un “innorante” y Matías con la frialdad del asesino académico en serie, le respondía: - no se dice “innorante”, se dice ignorante-. El diputado le volvió a decir “innorante” y el Maestro que no aceptaba cucarachas más que en los libros de Kafka, le repitió: - permítame, honorable Diputado, no se dice “innorante”, se dice ignorante-, la escena se repitió como un loop infernal  hasta que el Diputado, se dio cuenta que ya rato le estaban, no sólo tomando el pelo, sino haciéndole un moño estúpido que se alcanzaba ver hasta el Paulaya. También le daba retortijón mental los militares  y todo lo que oliera  a esa cavernaria y vertical manera de ver el mundo, su libro, “Los Deliberantes”, es a mi juicio, uno de los más completos inventarios forenses del papel de la Fuerzas Armadas, en el naufragio que hoy tenemos por nación y destapa en 422 páginas, las cañerías de aguas negras y claras que unen a la clase gobernante con el poder militar en Honduras.

No tuve la dicha de que fuera mi maestro formal, pero escuché de muchos, que sus clases eran memorables, como esa paleta rellena que una madre nos compra en el Parque La Leona en un domingo eterno de nuestra infancia, como un beso prohibido en el dintel de una puerta, como un abrazo de padre bueno. A mis oídos llegaban las olas de sus ocurrencias, las hipérboles magníficas de lo que decía en las aulas, cifras ya aumentadas por el ruido de la calle, refranes adulterados y en adulterio, ya en boca de los que comenzaban a maravillarse de las realidades que el maestro mostraba en sus actos de magia. Cuando hablaba de Morazán y Valle, su rostro se iluminaba, a todos nos parecía que nos contaba de algún héroe del barrio, de algún muchacho que se batió contra las siete cabezas de la Hidra de Lerna. Nos contaba de un héroe, real, de carne y hueso, tan condensado y soñado, que su ejemplo servía, tanto para hacer el bien como el mal; nos decía como Sócrates, “que aprender es acordarse de nuevo”.

Fue una gran mente Matías, y como enciclopedista de una era  y humorista pedagógico, el agujero que deja en nuestras almas es grande, estábamos tranquilos, porque en la cocina de la patria, el que mataba las cucarachas era él, con la puntería de una madre, le atinaba la chancleta, y cuando agarraba la elegancia de la rabia, tirios y troyanos escondían la cabeza para que el filo de sus palabras no les atinara a sus testas malintencionadas. Formalmente, se fue, no tuve el agrado del último chiste, del último consejo. En la orilla, en ese borde difuso donde la luz termina  y la oscuridad comienza, las alimañas comienzan a moverse, patas grasosas y antenas perturban la frontera, el amigo gigante se ha marchado, el creador de la “Patastera Ideológica” ya no está, el dador de nombres desapareció, ya no hay busilis, los bicharracos pueden pasear como cucaracha en Kafka.

Yeco 7 de marzo 2015

El vuelo de Günter y Galeano.


martes, 7 de abril de 2015

Gladiz Lanza y lo que los conejos de la Caja China no dejan leer.


La condena a Gladiz Lanza, esconde una lectura feroz del sistema que entre los conejos que saltan de la caja china para distraer la opinión publica es difícil de leer, pero, para los que saben sortear  los laberintos de la distracción, es claro que denunciar el acoso y la violencia hacia las mujeres sale más caro que callarlo y ser cómplice. Generalmente no nos importa el tema porque no nos afecta, el asunto del acoso sexual es una chisme para contar con una cerveza en la mano, está enmarcado en el anecdotario de la pulpería y es motivo de chanza para los miran la vida al estilo beatnik.

Pero, que pasa cuando involucra a nuestra hermana, a nuestra esposa, a nuestra hija, a nuestra madre, seguramente, el paisaje pasará de diáfano y claro a una multiplicidad caótica de remolinos a lo Van Gogh, ni hablar del laberinto infinito de los tribunales donde las esquinas y los ángulos tienen òrdenes de proteger  al minotauro, de tapar el rastro del funcionario, de limpiar con miles de legajos legales el rostro de aquellos que detentan el escritorio y su poder para cocinar como el Toro de Falaris  a quién no se someta el estado normal de las cosas, ese estado donde la mujer es asesinada, ninguneada, violentada y privada de todo lo que no sea el papel de madre, amante y relleno de boleros.

Seguiremos pasando de largo, la temática no es importante, hay bastante circo, y en la duela, hay suficientes payasos y baleadas para perder el hilo de las cosas, de la justicia y de la realidad, hasta que esta, un día se da vuelta y nos hinca los dientes, entonces y sólo entonces, cuando nuestra hija, hermana y esposa nos cuenta que el funcionario de medio pelo le pidió algo que no estaba en el currículum, nos damos cuenta que el espanto era real y que gente como Gladiz Lanza estaban en lo cierto.




lunes, 6 de abril de 2015

Don Marco, ida y regreso del Magnificat de Bach a la Navidad sin Ti del Buki Mayor.



Cuando algunos hablan de Marco Coello, no pueden ocultar la urdimbre del rencor, cuando yo me acuerdo de él, siempre viene a mi la tempestad de la risa y el garabato de la locura, no sé si de joven fue como en los últimos años, pero en ese tiempo en que me tocó trabajar con él, no puedo más que recordar luces brillantes e indecoros asombrosos.

En dos ocasiones trabajé con él, y la última fue cuando yo era parte del la Orquesta del Titanic, cuando Multimedia se hundía, cuando la vaca ya no daba más leche y nos miraba con piedad como respuesta a las prestaciones y parecìa decirnos como en el Ulises de Joyce "...si más hubiera, ante tus pies lo pusiera". En ese entonces, Multimedia era la isla a la que llegaban los naúfragos de otras agencias, hombres infusos (porque sólo hombres aceptaba) que soñaban un parlamento más allá de las cuatro palabras que Eva Perón dijo alguna vez en una obra "La mesa está servida", pero don Marcos tenía su método, el cual carecìa de aristas, que iba y venía a sus anchas por toda la percepción para enojo de Willian Blake y sus bodas del cielo y el infierno.

Y el método del publicista era el caos, la frase a lo Groucho, la ocurrencia pendeja, el pavo real cruzando frente a la cámara de Buñuel, recuerdo claramente el segundo día en su empresa, me llamó a su oficina junto a Leonel Obando, Rubén Izaguirre, Moisés Godoy y un musculoso creativo llamado Zippio, solemnemente me dijo que dejara ese stándar americano de presentarle una sola idea al cliente, que en Multimedia, se revolucionaba todos los días brindándole al cliente muchas ideas, al día siguiente, el poeta de los excesos, pasó lista de los bocetos a presentar a Banco Capital y en una pizarra apuntó: Leonel Obando 15 bocetos, Rubén Izaguirre 20 bocetos, Yeco 25 bocetos, Zippio 9 bocetos, lo que desencadenó una andanada de reproches al creativo fisicoculturista y su posterior degradación a la infantería de los diseñadores.

Hoy me encontré esta foto, donde aparece joven y con pelo, y con él, los que puedo reconocer, Mauro Alcides, y creo, Josefina Pérez, a mi memoria vinieron los años que trabajé en ese lugar lleno de fantasmas y en especial aquella ocasión en que un diseñador le gritó: Culero, y él, con su extraña elegancia que podía pasar del Magnificat de Bach a la Navidad sin Ti del Buki Mayor, responderle:"...mannn estas pasado de moda, hace 40 años que esa palabra dejó de ser un insulto".