La primer vez que lo miré me di cuenta que toda esa agua no tiene quién la comprenda ni quién la defina, que es una canción que suena siempre y que se mueve eternamente buscando la quietud. Desde niño, siempre vengo al mar cuando Tegucigalpa me tapa de despojos, la cara de mis hijos es evidente, el mar también los desconcierta.
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