Kilvett no esperó que su frase de 50 pesos le regresara como un búmeran,
hasta en los mostaceros más acérrimos se puede encontrar alguna
siniestra dignidad, ese hombre iracundo y la cara pasmada del
millennials orlandista me recordaron aquella anécdota de Monk cuando al
entregar las partituras en el estudio, les decía a cada uno: Toca bien,
lo que grabes hoy te perseguirá toda la vida.
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