Al escribir esto, escucho Leny Smile de Richard Bona y Mike Stern, uno de los discos más geniales que he escuchado y con el polvo de ternura que levanta la voz de Bona y la guitarra de Stern, miro a Pablo, siempre feliz. Al fondo la Inmaculada Concepción, allí están parte de mis días pasados, al frente, Pablo, con todos sus días nuevos por venir.
Es un 18 de mayo en el año del Señor 2015, luces hay en la tarde y ninguna nube sobre el CAC.
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