Hoy 11 de Junio, es un día especial, como lo son los días de lucha y gloria, Susy, se graduó, llegó al final de la primera escalera, y estuve ahí para verlo. Que más se puede decir, cuando llegó se hincó y le dió el título a su madre quién ahora es la dueña de esta historia que quedará pintada en nuestros corazones.
Por el camino, me encontré un querido amigo con el que trabajé en la SEDI, -¿Vas a tomar fotos Yeco?-, me preguntó, pero las fotos de hoy no eran de trabajo, eran las más preciosas del año, las más caras y las más precisas de todo el tiempo que he estado al lado de esta maravillosa mujer que conocí en una fotocopiadora en Comayaguela, un día que iba con ganas de romperle la cara a Juan Domingo Torres.
Desde ese día, delante de mis ojos la he visto crecer y volverse gigante, tanto ha crecido que yo me cobijo bajo su sombra en este mundo que se va y no se queda y cuando los vientos truenan en las ramas de los árboles y la oscuridad amenaza, yo me guardo en sus brazos.
Es un trozo de papel, bastante caro, años de sacrificios, miles y miles de horas, Los Mangos, La Linton, Pinky, el morado Barny, tu luz cegadora con Manuel recién nacido en brazos, los ojos de azul temporal de Pablo en tu pecho me cuestionan por el tiempo que ha pasado desde que te miré por el Puente Mallol. Susy, de rodillas yo también ante la suerte matemática que te puso en mi camino en la ciudad de los puentes.
Por el camino, me encontré un querido amigo con el que trabajé en la SEDI, -¿Vas a tomar fotos Yeco?-, me preguntó, pero las fotos de hoy no eran de trabajo, eran las más preciosas del año, las más caras y las más precisas de todo el tiempo que he estado al lado de esta maravillosa mujer que conocí en una fotocopiadora en Comayaguela, un día que iba con ganas de romperle la cara a Juan Domingo Torres.
Desde ese día, delante de mis ojos la he visto crecer y volverse gigante, tanto ha crecido que yo me cobijo bajo su sombra en este mundo que se va y no se queda y cuando los vientos truenan en las ramas de los árboles y la oscuridad amenaza, yo me guardo en sus brazos.
Es un trozo de papel, bastante caro, años de sacrificios, miles y miles de horas, Los Mangos, La Linton, Pinky, el morado Barny, tu luz cegadora con Manuel recién nacido en brazos, los ojos de azul temporal de Pablo en tu pecho me cuestionan por el tiempo que ha pasado desde que te miré por el Puente Mallol. Susy, de rodillas yo también ante la suerte matemática que te puso en mi camino en la ciudad de los puentes.