lunes, 6 de enero de 2014

La familia, ese camino hacia dentro.




Una vez, hace muchos años, una mujer estúpida, madre de una novia que tuve, en las gradas de la Iglesia de Loarque, me dijo que me alejara de su hija, porque ellos eran una familia decente y que no querían nada que ver con gente como nosotros, años después me enteré que a su esposo le habían puesto un proceso por hacerse pasar por doctor y que los habían demandado por robar por años energía eléctrica. Nosotros, sin embargo, no hicimos nada más que ser grises en la historia de Loarque, los años pasaron y la casa sigue siendo blanca, la pueblan de vez en cuando los niños y fantasmas llegan desde lejos a visitar a mi madre quién todavía se niega a cerrar la última puerta del pasillo.

Aquí estamos todos, yo falto, porque como siempre estoy detrás de la cámara.





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