miércoles, 7 de enero de 2015

Mañanas de Ayatollah con aguacate


Todas las mañanas la pécora del fanatismo y la hinchada religiosa sale a buscar micrófono y camorra, tiene una agenda clara y seguidores prestos a escuchar. Armado con el libro de historietas judeo-cristianas y puzzle manipulador, descarga arengas, salmones y espantos contra filisteos y romanos anunciando que al infierno le han aumentado las hornillas para todo aquél que no crea en el libre mercado, el sexo con amor de los casados y la democracia ganada a puro hacker.

Hoy por la mañana el Ayatollah con Aguacate se levantó furioso con la Diversidad Sexual, denunció que hay una "Quinta Columna" interesada en destruir a la familia como núcleo hegemónico de la democracia, contaminar la fuerzas armadas con ideologías afeminadas y generar un apartheid siniestro en el que todos los que vivan según las santas normas judeo-cristianas, serán objeto de una solución final al estilo de la fanaticada maoista de sendero luminoso.

Lejos de arrojar luz sobre el tema de la "diversidad Sexual", del cual, no podemos pasar por alto, será una salsa pincante per omnia saecula saeculorum, personajes como el Ayatollah con Aguacate lo único que hacen es levantar más los muros de la intolerancia y apostarle como el más vil de los trileros a una cultura de odio y violencia.

Parece ser que el Ayatollah con Aguacate quiere que la hondureñidad viva en un especie de medioevo bíblico, que entierre la cabeza y no se de cuenta que mundo globalizado e interconectado no le hace espera a naciones que prefieren formar teólogos que programadores, profetas que analistas y mesías que ingenieros. Alguien debería decirle que es mejor explicar y tolerar, porque de las antípodas lo único que ha resultado para la humanidad son las utopías militaristas y las verdades facistas al estilo de las novelas de Robert Heinlein.

Hasta los más duros de cabeza se dan cuenta que es poco inteligente estarse dando de golpes contra un muro de concreto armado, por eso Obama y Raul ya están in relationship, el muro de Berlín luce despedazado en las oficinas, casas y restaurantes de aquellos que lo odiaban o defendían, y los grandes dogmas y verdades que todos dábamos por sentado y acostados ahora son objeto de las cuchufletas de las juventudes que relevan sin fatiga la historia moderna.

La violencia no sólo viene del Crimen Organizado o gubernamental, de la carencia de oportunidades ad infinitum o de la postergación del futuro por mantener vigentes las torrejas del pasado, viene también de estos aprendices de Kurtz, de estos profetas hormonales, de estos ayatollah creole que se resisten a creer que la elipse también existe y que no es una aberración del círculo perfecto con el que Dios creo al mundo

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