viernes, 14 de noviembre de 2014

Terminal Marítima de Graneles


Fue una experiencia inolvidable estar dentro de estos demonios de metal, realizando un trabajo para PMH.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Panóptico de muerte



Creo que en la línea del fotoperiodismo nacional, esta es una de la imágenes más logradas de un asalto y secuestro de pasajeros a un bus de La Lima hace muchos años; sin lugar a dudas, nos muestra la relación perenne que tenemos a diario con la violencia y con la muerte.

Recién comienzo a escribir estas líneas y me informan que acaban de asaltar a la periodista  Marleny Mendoza, lo que trae a mi memoria, el día que me asaltaron a unos pasos de Metromedia; luego de perder mi computadora con todos los proyectos, sin hablar de mis papeles, fui a poner la denuncia, la fila de personas asaltadas ese día salía de las oficinas de la policía, cuando llegué al escritorio y la gendarme  repitió como loro filibustero que me había robado la "lactóc", me fije que tenía sobre el escritorio más de 60 denuncias por asalto correspondientes a ese día.

Hay una lucha mediática por mantener la violencia como un activo eterno que genera pauta, dinero, morbo y amarillismo absoluto, contra una compulsión oficial para bajar a puras herramientas multimedia los terroríficos índices cotidianos, al centro está la percepción realista del hondureño a pie que tiene que jugar a la Ruleta Rusa, cada vez que tiene que decidir entre el asalto a tenis, el asalto en motocicleta o el asalto en una unidad de transporte..

Las autoridades cacarean, el mismo sonsito grandilocuente "Tegucigalpa Ciudad Inteligente", hablan de un reino de miles de ojos donde no se escapa ni la perra en celo del vecino y cuando los micrófonos llegan a sus picos estirados, desde la tranquilidad del patio de su casa y tras la seguridad de 30 guaruras pagados con dinero que groseramente  sale de la tasa de seguridad y otros cueros, recomiendan ironizando que la garduña de la vida es para el que traga más pinol y que como buen condón del alma, hay que estar confesados por aquello de que la causa y el azar se enreden.

Tenemos la percepción a boca de revolver, que las cifras van en aumento; basta esperar el sketch aburrido de saludos y chistes cansinos de Juan Carlos Sierra, el molinete de la indignación de Frente a Frente o la gambeta religiosa de Maldonado antes de vomitar cadáveres para darse cuenta que las cifras de la muerte, tanto las del Observatorio de La Violencia como las del Gobierno no cuadran como el sueldo de la Primera Dama de México con la casita de las Lomas de Chapultepec.

No hay nada más lamentable que construir una paz basada en datos falsos, en negar el cementerio y afirmar en delirio que se trata de un campo de golf; es seguir contruyendo una república invisible donde el militarismo y el estado policial son las únicas cosas tangibles.

Realmente Honduras está cambiando o sólo es la pantomima tenebrosa de un  falso progreso, un caminar hacia atrás colocando los zapatos en las huellas pasadas. Hace unos días, con horror miraba como un hombre con un bebé en brazos, caía abatido por un delincuente que por la espalda lo baleó ante la vista  de cámaras y pasajeros de moto-taxis, la mujer que estaba al lado olvidó el terror y levantó al niño de los pies sin vida de su padre, todo esto, mientras funcionarios de la "Tiranía Esclarecida" actuaban en los diversos foros, -como bien expresaba Hemingway, bailando tango, entrevistado-entrevistador para demostrar que ambas partes mantienen una conversación inteligente y reveladora.












miércoles, 12 de noviembre de 2014

Corea


Una tarde en la casa de Corea, tomándole fotos para el afiche de "La Navidad Tuvo la Culpa".

Alexis Sagastume


El percusionista en plena melcocha, una foto de Fredy Domínguez.

Eva

En la casa de Camilo, con Carlos Umaña y Eva como esperando abril.

Tras el telón

Tras el telón con el bajista Carlos Umaña, el Maestro Camilo Corea y Ricardo Zavala.

Cuando sonaba el bolero del celoso penco.



Fueron días del corazón lo días en que trabajamos con Karla. "Antes del Puente" comenzó en la casa de Camilo Corea, con una plática, con un vamos a hacer, protones buscando los esquivos electrones, cuando salimos esa noche de la casa del Maestro, ya habíamos pactado y determinado que el concierto lo haríamos aunque se opusiera el Sursum Corda.

Después vinieron los ensayos, lluvias de bocados preparaba Susy para calmar el hambre de estafilococo de los músicos, entregué al concierto  mis canciones de ese año, "Cinema Clámer", mi maldición personal a la Selección Nacional "Adios", mi homenaje profundo al poeta Rubén Izaguirre "Página Urgente a Rubén", escrita de rabo a cabo en un cuarto lleno de armas, granadas y fusiles trasnochados, "Siete",  la enciclopedia siniestra de "1812", "Dos ciudades", "Me dijiste me querías" y la siempre juguete primigenio "Antes del Puente".

Con esas canciones y otras como bigudíes, ordenamos el pelo revuelto de esos días y las llevamos al callejón sin salida del Teatro Manuel Bonilla, el lugar donde florecen por una noche la mayoría de las cruzadas artístisticas para después morir de hambre en el reino de la ciudad de los puentes.

Fue una noche mágica que se extendió más allá de lo que pensabamos y que se convirtió, al final, en caminos rotos de enemistad, posturas encontradas, abusos, la garra catracha y el celoso penco, cuyo oficio era y todavía lo es, creo yo, comprobar que los sillones apoltronados, sean sólo sillones y no pretendientes lascivos que quieran robarle el amor.

Al final, sin ser culpable de nada, después de la gira a New York, después de aquél mágico concierto a sala llena en San Francisco con José Velásquez, después del "Museo del barrio" en New York, después del 28 de junio, después de "Te matan por ser mujer"; decidí, ya no luchar contra la roca tarpeya del pelusero penco, a modo de despedida, escribí El Bolero del Celoso Penco, la cual sólo una vez canté en el teatro pero que es el último tubo de la baranda de "Antes del Puente".

A mi memoria viene la imagen de una cena, cerca de algún lugar, fue la primera vez que vimos al celoso penco, se condensó como el productor-novio de Jackie. ¿Quién es?, me preguntó una escritora, -no decimos su nombre-, al igual que Nosferatu, no lo invocamos para que no se desvanezca la alegría.

¿Y entonces?, -entonces nada-, le dije a mirando para la memoria, -esa noche en San Francisco, Karla Lara brilló para adentro y para afuera-.












lunes, 10 de noviembre de 2014

Fernando Rey y el milagro de la resurección.


Es increíble la actividad artística que se genera a golpe de profeta encabronado, a pulso de bastón bíblico buscando agua; es interesante ver como, pese a lo pedregoso de las mentes de las autoridades culturales y el hollín  cerebral de la comuna, los artistas multiplican los panes, los peces, las canciones, las sombrillas, el jazz, las procesiones, las obras de teatro, las instalaciones, los colores, los libros, las películas y el graffiti sin arrepentimiento, ni permiso municipal.

No es la ciudad más árida en materia cultural, pero hacer arte acá es como sacarle chispas a dos marquesotes mojados bajo el agua, es religión imposible o leon arrepentido antes de comerse a un cristiano.

Sin lugar a dudas, el arte sigue moviéndose, hay paridera de poetas y colores, por eso los guardo aquí a salvo de la TASA amarga de aquellos que se les vino a la memoria todos aquellos que han estado siempre en el olvido.

Manuel y Oscar



Una íntima foto muy bien lograda de Karen Medina del concierto de José Manuel Cerrato en La Caramba, en la misma Cerrato, comparte escenario con el talentoso percusionista de Requiem,  Oscar García.

El incoherente lenguaje del happenig




El 11 de mayo del 2012, una embarcación llena de personas que se acercaba a la comunidad de Paptalaya, en el municipio de Ahuas, fue tiroteada desde un helicóptero blindado en el que viajaban, agentes de la DEA y militares nacionales, el mismo abrió fuego con una M60 sobre una panga en la que se transportaban personas oriundas de la zona, muriendo en el hecho Candelaria Pratt Nelson y Juana Jackson; ambas en estado de embarazo, un jovencito de 14 años Hasked Brooks y Emerson Martínez.

Hasta el día de hoy, no hay culpables y el mismo mediocre e incompetente, ahora ex-presidente Porfirio Lobo Sosa, en su momento, ironizó de una manera perversa y despreciable los hechos que enlutaron a más 16 familias en la zona y que evidencian, una vez más, la verdadera madeja del poder que hay detrás de los figurativos cargos democráticos nacionales.

Paptalaya, el Aguan, el asesinato de Margarita Murillo, el crimen de Ebed Yanes a manos de militares, las cantidades industriales de femicidios, el asesinato al por mayor de choferes y empleados del transporte, las estadísticas maquilladas donde la muerte está pasando de moda; son algunos de nuestros Ayotzinapas de patio que no pasan de hacer el ruido de la ratas en el desván y que a todos nos gusta que se mantengan allí. Me extraña que estos hechos viles no estén en la agenda de los happening universitarios, que no se les hagan poemas, ni discursos incendiarios.

Será que hay alguna escala que no conocemos en la que se miden estos hechos y dependiendo de la cantidad industrial de la crueldad, así son las reacciones. Siempre que suceden estas cosas, vemos proliferar los "Happening" como los llamaba Günther Anders (http://lahaine.org/global/herramienta/unica_violencia.htm), que sólo, a mi parecer, y en este caso en particular, sacan a flote la falta de coherencia de las autoridades universitarias con sus posturas externas y su enconado cierre al diálogo en sus encontronazos domésticos con su propia comunidad estudiantil.

Guillermo y Yura


En pleno performer en el Teatro Manuel Bonilla, Guillermo Anderson y Yura, uno de los más grandes bailarines garífunas de Honduras, fallecido en México.

Suenan las campanas de la paz...


Guillermo Anderson en aquellos primeros ensayos en la cueva de Colectivartes allá en la Ceiba, al fondo Rigel Sierra, lamentablemente no recuerdo el nombre de los tamboristas.

martes, 4 de noviembre de 2014

Agosto es un buen mes para volver a nacer



Después de una cirugía tan larga como una deuda en Elektra, me sacaron amarrado del quirófano, allí estaba mi amada esposa y mi amigo Juan. Casi me tumba ese tumor, pero me regaló 21 días del ice bucket más helado que jamás pude recibir, 21 días deliciosos como para escribir un guión y ganarle por una letra a Woody Allen. Mis compañeros fueron un viejo que me recibió en la noche en que asfixiaba, con un charco de mierda que nadie quería limpiar, un puberto motociclista  con un hoyo en su pierna, un aspirante a Leonardo D´Caprio que se había partido la mandíbula al hacer la pasada del Titanic con el segundo frente; un hombre al que quemaron con gasolina por deber 100 lempiras y a quién cariñosamente los internos en la posada del fracaso le llamamos Chucky el muñeco diabólico; un labrador serio del sur, con la cabeza partida y la oreja colgada de machetazo y venganza y un garífuna llamado Celio, con quién teníamos en común la coincidencia marchita  de haber probado la celestial Sopa Marinera que Pluggsy preparaba en aquella Ceiba gris de mar y melancolía.

El recuerdo más maravilloso que tengo de esos días, fue el sonido de los tacones de un travesti que cruzaba el puente antes de La Colonia en la madrugada, era una escena como sacada de una película de Buñuel, era el gif animado  de Hiroshima Moun Amor, un silencio mortal, un instante post atómico, solo cortado por la navaja de los tacones de un falso rubio.

Durante esos días, la muerte llegaba y se llevaba a quién quería, pastores venían a hacer su numerito, pero la parca amarilla no aceptaba ningún acuerdo de pago, gendarmes con sueño velaban el sueño de un violador esposado a la cama, enfermeras encabronadas con la muerte que sólo ensucia los platos pero jamás los lava, iban puyando, en venganza, piernas, brazos, dedos y culos.

Me llevaban y me traían sin piedad por pasillos llenos de gente ataviada de dolor, me pusieron más agujas que a un muñeco de vudu y vagaba ebrio de antibióticos con una bolsa para orinar colgando fuera de la cintura.

A las 4 de la mañana me bañaba, en una  soledad más sola que la del Dr. Mario Zelaya en el batallón, hacía mi cama y me sentaba a pensar en mis hijos, en Susy y en todo el tiempo que he desperdiciado apostándole al caballo de la infelicidad.

Antes del 21 de agosto de ese Año del Gato, me daba por muerto, misteriosas puertas se abrieron y me vi en medio de un montón de médicos gringos, me escapé del carnicero cantor; Malena, vestida como diosa, me llevó del brazo a un quirófano azul, un gringo viejo y sabio me dijo que no volvería a sentir un beso, y una gringa de ojos azules me susurró que por las miserables dudas, había llegado la hora de ponerse claro con el santísimo.

Gracias Dr. Luis Gonzales, pero qué puedo darle yo, si el poeta es usted.







domingo, 2 de noviembre de 2014

El desatino del atrevimiento



Creo que añorar lo que Samy hizo o no, es lo más descarnado de aquella frase de Sabina: "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.", me parece que tanto los sesudos de Presencia Universitaria, como las grandes eminencias que llevan a dictar cátedra a esa mesa han tenido reacciones  rocambolescas y desmesuradas. Las verborrea de críticas no pasa de hablar de lo evidente sin quitarse la camisa y sumergirse en la profundidad del problema del cine nacional.

Sospechosamente, no miré tal virulencia con las dos películas de Juan Carlos Fanconi, El Xendra (2012) y Almas de la Media Noche (2002) o más conocida como Midnight Soul, para los que llevaron inglés III. Ambas patéticas, pero inusualmente rentables, ambas incongruentes y llenas de retazos de Hitchcock, Kubrick, Stephen King, Gabriel García Márquez y Corín Tellado, pero sorprendentemente taquilleras en el microcosmos de las salas de cine nacional.

En el año que Kafati rodó Mi Amigo Angel, Buñuel también presentaba los 92 minutos cotorros de
"El Angel Exterminador", película de la que el mismo maestro del surrealismo, lamentaba no haberla rodado en París, o en Londres, con gente más rubia y de buen actuar; y que no se salva de sobreactuaciones y errores garrafales.

La filmografía de Samy Kafati  es visionaria y titánica, pero afirmar que es un muro infranqueable que no puede ser superado, me parece una perogrullada mayúscula. Quizás como me dijera una vez, Isolda Arita "el problema es el empirismo", o quizás sea la "Democratización de la tecnología", o quizás sea el grave error de tomar a broma al terror y no tenerle miedo a la comedia.

Los grandes detractores de la películas nacionales, no han tomado en consideración que hay un gobierno invisible detrás de estas, un laberinto "esheriano" donde Gerentes de Mercadeo, dueños de medios, mecenas maliciosos, Rumpelstilskin y Mefistófeles, doblan los guiones, las ideas y todo lo que no se puede doblar a cambio de dar un patrocinio, de una valla generosa detrás de la portería o de una camiseta con el logo de la tienda en el pecho del héroe.

Es difícil esperar un cine nacional de altos vuelos sin haber tenido los antecedentes para ello, es tan imposible como esperar los goles de Maradona, en los pies de alguien que nunca ha jugado más que entre el pingajo y la cal del barrio, quizás habría que plantearse si las historias de sustos de Montenegro, son lo suficientemente solventes para soportar la metamorfosis de un guión, si mejor las dejamos en la radio donde se escuchan más bonitas o si ya son jurásicas respecto al género; si la "independencia creativa", aunque sea más angustiosa, sea el camino correcto para lograr el tan soñado cine de diseño, o si la preparación de los directores se fundamente más en desarrollar la capacidad de contar una idea que en la habilidad de manejar el Cinema 4D o los Trapcode.

Guillermo Anderson, a quién siempre he admirado y con quién pocas veces he estado de acuerdo, hace muchos años, tomándonos unas cervezas cerca del Barrio Inglés, me dijo, que todos son muy gallos para criticar, hablan de la canción de este; de la obra de teatro de aquél, del videoclip de aquella, pero cuando les preguntamos por su dossier, por sus libros, por sus canciones; lo que escuchas es el sonido de los grillos, el llanto de un niño o la ironía de la lechuza.

Por mi parte me siento optimista, aunque los Torquemada del cine nacional se orinen en la naciente y rupestre filmografía de patio como lo hiciera el primer crítico de las cavernas de "La Loca Historia del Mundo" de 1982 de Mel Brooks, y las eminencias, aseveren, que la producción nacional cabe en un párrafo, el cual, a estas alturas, ya tiene varios renglones, quizás no los más acertados ni los que quisiéramos, pero es "Cine con las Uñas", como bien escribiera nuestro Lobo Mayor, Eduardo Bahr, en el Daguerro (http://eduardobahr.blogspot.com/2006/06/cine-con-las-uas.html)

Hace tiempo, a un fiero crítico de cine, que invocaba un genocidio cultural maoista al estilo de los Khmers Rouger, le pregunté si había visto "Mi Amigo Angel" de Samy. Había estado hablando de esta "obra maestra" durante horas pero no pudo decirme cuál era el hilo conductor de la misma, mentía descaradamente, como todos los que dicen que leen a Murakami. Si Galeano dijo que "El cine latinoamericano es la prueba irrefutable de que Dios Existe", el cine Hondureño, contra todas las apuestas, es la prueba incuestionable de que hay vida en otros mundos.





La necesidad de lo innecesario.



Un gran compositor Paul, quién a guitarra partida, contra tirios y troyanos, se ha hecho un lugar en el imaginario de la nación, lo innecesario es lo que resta.