lunes, 10 de noviembre de 2014
El incoherente lenguaje del happenig
El 11 de mayo del 2012, una embarcación llena de personas que se acercaba a la comunidad de Paptalaya, en el municipio de Ahuas, fue tiroteada desde un helicóptero blindado en el que viajaban, agentes de la DEA y militares nacionales, el mismo abrió fuego con una M60 sobre una panga en la que se transportaban personas oriundas de la zona, muriendo en el hecho Candelaria Pratt Nelson y Juana Jackson; ambas en estado de embarazo, un jovencito de 14 años Hasked Brooks y Emerson Martínez.
Hasta el día de hoy, no hay culpables y el mismo mediocre e incompetente, ahora ex-presidente Porfirio Lobo Sosa, en su momento, ironizó de una manera perversa y despreciable los hechos que enlutaron a más 16 familias en la zona y que evidencian, una vez más, la verdadera madeja del poder que hay detrás de los figurativos cargos democráticos nacionales.
Paptalaya, el Aguan, el asesinato de Margarita Murillo, el crimen de Ebed Yanes a manos de militares, las cantidades industriales de femicidios, el asesinato al por mayor de choferes y empleados del transporte, las estadísticas maquilladas donde la muerte está pasando de moda; son algunos de nuestros Ayotzinapas de patio que no pasan de hacer el ruido de la ratas en el desván y que a todos nos gusta que se mantengan allí. Me extraña que estos hechos viles no estén en la agenda de los happening universitarios, que no se les hagan poemas, ni discursos incendiarios.
Será que hay alguna escala que no conocemos en la que se miden estos hechos y dependiendo de la cantidad industrial de la crueldad, así son las reacciones. Siempre que suceden estas cosas, vemos proliferar los "Happening" como los llamaba Günther Anders (http://lahaine.org/global/herramienta/unica_violencia.htm), que sólo, a mi parecer, y en este caso en particular, sacan a flote la falta de coherencia de las autoridades universitarias con sus posturas externas y su enconado cierre al diálogo en sus encontronazos domésticos con su propia comunidad estudiantil.
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