Cuando yo llegaba del trabajo a Los Mangos, mi hijo mayor me recibía en la ventana, le gustaba tirar los carritos a una pila que estaba en la cocina, Pablo todavía no había llegado a nuestras vidas y los años eran verdes. Ahora los miro tocando las puertas del futuro y escucho los pasos del mismo al otro lado de la puerta acercándose a abrirles. Rudyard Kipling dijo Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser; si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte, si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado; si puedes emplear el inexorable minuto recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y lo que es más, serás un hombre, hijo mío. Le pido a Dios lo que cualquier padre pediría, que crucen el laberinto del minotauro sin perder el alma en el intento, es todo lo que pido.
lunes, 6 de enero de 2014
Serás un hombre de verdad
Cuando yo llegaba del trabajo a Los Mangos, mi hijo mayor me recibía en la ventana, le gustaba tirar los carritos a una pila que estaba en la cocina, Pablo todavía no había llegado a nuestras vidas y los años eran verdes. Ahora los miro tocando las puertas del futuro y escucho los pasos del mismo al otro lado de la puerta acercándose a abrirles. Rudyard Kipling dijo Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser; si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte, si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado; si puedes emplear el inexorable minuto recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y lo que es más, serás un hombre, hijo mío. Le pido a Dios lo que cualquier padre pediría, que crucen el laberinto del minotauro sin perder el alma en el intento, es todo lo que pido.
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