Después de muchos años volví a Santa Rosa, la última vez es tan lejana que sólo imágenes borrosas hay en mi memoria, recuerdo una novia muy querida, de esas fronteras que estudiaba en la Escuela Superior, ahora la Universidad Pedagógica.
Un Campo difuso en la memoria, una discoteca perdida en el limbo, un juego de fútbol y la mortal caminata entre los cadáveres de roca en el parque arqueológico.
Aunque el sol estaba casi vertical, no pude resistirme a la perspectiva de una niña que mira el mundo como debiéramos verlo nosotros: con mucha inocencia, mucho amor y mucha necesidad de volar.
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