Iba para Talanga a traer a mi familia y lo miré con la cabeza en contra de algo, todavía estaba tibio y suave, pero estaba en posesión de la muerte y en su reino dormía, me fijé que sus ojos estaban vidriosos y había lo que parecía una lágrima, pero fue tan rápido el golpe limpio del carro que lo mató que más que una gota era el aborto de una tristeza.
Me quedé sentado un rato al lado del camino mirando como su pelo se movía y yo no sabía definir hacia dónde miraba si al pasado o si al futuro, la muerte es puro ángulo y perspectiva.
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